Hemos tenido la oportunidad de hablar con la actriz Magdalena S. Blesa, el director David Perea y el productor Pedro Pruneda. Los tres son los máximos responsables de «la película más murciana de la historia», como han definido a Las Aventuras de Moriana, película que actualmente se encuentra de gira por la Región de Murcia.
El largometraje tiene un precedente, la web-serie que llegó a emitirse en la Tv Autonómica 7RM. ¿Cómo surgió el primer episodio de la serie?
Magdalena: Pues todo empezó porque decidimos montar un restaurante. Al principio iba bastante bien, hasta que llegó la crisis de golpe y empezó a ir a menos. Así que decidimos hacer algo para reinventar el sistema de promoción del restaurante. Decidimos hacer unos pequeños anuncios graciosos con la cocinera que trabajaba con nosotros, que era bastante chistosa y se prestaba a ello encantada. Debido al éxito de los anuncios empezamos con la serie y una cosa nos llevó a otra, hasta que llegamos a la televisión autonómica gracias a que en youtube se extendió como la pólvora.
David: La idea era promocionar el restaurante de una manera diferente, pero después de pasar por la tv local y subir la serie a Youtube, empezamos a recibir comentarios de gente pidiendo más y lo que empezó como un divertimento acabó teniendo tres temporadas. La frase que podría resumir todo esto es que el niño va creciendo y hay que ir acomodando, según cumple edad, las necesidades. Entonces fue cuando se sumó Pedro con su equipo: los capítulos se empezaron a hacer más largos y fue cuando la serie saltó a la tv autonómica.
¿En qué momento surge la idea de hacer la película?
Pedro: Fue una suma de fuerza y de intenciones. Aquí desde el principio todo se ha cocido y se ha guisado en las cocinas de Moriana. Una producción totalmente independiente hasta que, con la película ya rodada, es cuando interviene Radio Televisión Región de Murcia, que entra en la participación como una especie de coproducción. Pero la culpa de que la película se haya hecho es de Magdalena.
M: Si, un poco todos. Yo tengo mucho nervio, muchas ganas de hacer cosas siempre. Aprovecho el talento de la gente para poner en marcha cosas que veo que pueden salir adelante, y sabía que tanto David como Pedro eran muy capaces de poner en pie la película. Así empezó todo. Y no hubiera sido posible sin la participación de familiares y amigos, todos ellos con ganas de aportar. David se había dedicado siempre al cine y la Tv antes del restaurante y pensé: ¿qué hace asando carne a la brasa? ¡Vamos a hacer una película!
En el tráiler de la película, como en la serie, todo parece real, auténtico; ¿se mezcla realidad y ficción?
D: La autenticidad de la película existe porque tanto la historia como el tratamiento de los actores al ejecutarla delante de las cámaras ha sido muy de verdad. Ver a mis padres, a mi suegra, los niños, mis cuñados, que nunca habían hecho nada de cine aparte de la webserie, cómo se mueven delante de la cámara, defender los personajes como los defienden y, por encima de eso, defender a la familia y a la película como la defienden… a la fuerza tiene que dar veracidad al asunto. Los mayores, por ejemplo, no tenían necesidad de meterse en estos follones y lo han hecho como si les fuera la vida en ello. Tú imagínate a mi padre, que tenía delante a una actriz de la talla de Terele Pávez, o a Enrique Villén, y no se achicaba, es más, replicaba muchas veces de manera improvisada. Se lo tomaban tan en serio que algunas veces llegábamos al set de rodaje y estaban estudiando sus diálogos como si llevaran toda la vida en esto. Dicho todo esto hay que añadir que, aparte de las interpretaciones, el argumento viaja continuamente entre la realidad, nuestra historia personal, y la ficción creada para darle consistencia al guión.
Magdalena, ¿cómo llevaste el ser la protagonista de la película? Porque mientras tanto también te encargabas del restaurante y del cuidado de tus hijos.
M: Trabajo en el restaurante, tres hijos… Entre poner paellas y hacer carne a la brasa rodábamos planos. Pero la preocupación mayor era buscar la financiación, porque había días que no había dinero ni para el catering y éramos más de 50 personas a diario para comer. Era un lío muy gordo, pero cuando me colocaba delante de la cámara daba todo lo que tenía. Me ha ayudado mucho también el tiempo que estuvimos haciendo la serie para coger la soltura necesaria, aunque entonces era comedia pura y dura y la película tiene momentos dramáticos que había que asimilarlos.
Hablabas de los mayores, los niños… ¿Ha sido complicado conducir a tanta gente amateur frente a los actores profesionales?
D: Ahora mismo hay un debate abierto de si un actor debe formarse o es algo que se tiene de forma innata, que se nace con ello. Viendo a mis padres, la madre de Magda, sus hermanos… tengo que decir que el talento innato existe y en el caso de Magdalena es brutal. Tiene una secuencia muy dura que tenía que solventar con una interpretación muy sólida y esa noche precisamente había muchos problemas alrededor, y fue ponerse delante de la cámara y ¡hecho! Hay casos como el suyo que sí, que es cierto que tenía una formación previa, pero no le hacía falta.
M: Si bueno yo llevaba desde los 12 años haciendo teatro, y te sirve para ir cogiendo tablas. Además he estado en la escuela de arte dramático, pero aparte de la formación trabajo desde lo que la vida me ha enseñado y lo que me ha ayudado David. Porque es muy fácil trabajar con él y sabe lo que tiene que decirte para que hagas las cosas bien.
P: La naturalidad y la espontaneidad. La frescura. Porque la gente que no tiene experiencia se pone muy tensa cuando está delante de la cámara y no transmite; como yo. Pero la forma de trabajar en Moriana es diferente. Se crea un micromundo en el que no pensamos que estamos interpretando, sino que formamos parte de todo lo que está ocurriendo y se crea la magia.
¿Habéis hecho cosas aparte de la webserie y la película?
Pedro Puneda: Yo había hecho algo de teatro y sobre todo me he formado durante mucho tiempo en audiovisual. Conocí a David rodando uno de sus cortometrajes en un curso de realización, y desde entonces hemos colaborado en infinidad de proyectos. Se formó una especie de alianza en la que hemos hecho cortometrajes, documentales, etc…
D: Lo que contaba Pedro; yo era profesor en un curso de cine que se hacía en Alhama de Murcia que ahí fue un poco donde nos conocimos todos. Desde esos momentos yo ya apostaba por la gente que no tenía experiencia ante la cámara y el experimento salió bien. Así emprendimos el camino y por aquí vamos.
¿Qué idea crees que tiene la gente, incluso los propios murcianos, sobre Murcia? Porque parece que en ambos casos es una opinión negativa y vosotros habéis vendido la película como “la película más murciana de la historia”.
D: Yo no sé qué idea tiene el millón trescientos mil murcianos de sí mismos o de la región, sé la que tengo yo. Tengo claro que el murcianismo, con todas las acepciones que le quieras dar, hay que defenderlo, porque Murcia es magnífica. Nosotros nos lanzamos a pecho descubierto, tal cual somos. Si no le encajamos a alguien, hay que aceptarlo.
P: Con el murcianismo hay pinceladas, se tocan “cosicas” como el zarangollo, el pimentón, los michirones…
M: Si, y Terele Pávez se ha hecho también muy de aquí. Es de Bilbao pero le ha encajado mucho Murcia.
La idea de la serie surgió a raíz de la crisis y la película tiene algunos puntos de crítica social, pues vemos una manifestación ante un desahucio. ¿Es lo que comentabas de realidad dentro de la ficción?
D: El arranque de la película es ese desahucio. Es una tragicomedia que trata de la familia, pero no nos podíamos olvidar de la situación actual del país y del mundo. Había que tratar el tema con cierto humor, porque el mensaje y el contexto de la película lo pide, nos invita a que tratemos las tragedias con una pequeña sonrisa. Es una historia de superación. O sea: si te caes te vuelves a levantar y para adelante, no hay que dejar el cuerpo muerto. Eso no quiere decir que nos tengamos que conformar con lo que está pasando.
El resto de los actores, de las estrellas que forman parte de la película, ¿cómo llegasteis a ellas para que vinieran?
D: A Terele yo la conocí hace unos diez años grabando un serial para radio en Madrid, a ella y a su hijo Carolo, y digamos que durante todos estos años mantuvimos la amistad y el contacto más o menos, porque hay épocas en las que no nos hemos visto mucho.
M: Cuando empezó todo el tema de la webserie y empezamos a tener cameos de gente conocida en los primeros que pensamos fue en ellos. En esa ocasión no pudieron venir por problemas de fechas.
P: Cuando surgió el tema de hacer la película David y Magda dijeron que era el momento de volver a proponerles participar y dijeron que sí encantadísimos. Enrique Villén, por ejemplo, llamó y dijo que vendría a hacer la película porque le pareció un guión magnífico.
¿El escribir el guión cómo ha resultado? ¿Teníais una idea de los temas a los que teníais que llegar?
D: Cuando acometes la escritura del guión sí que tienes que tener muy claro donde empieza y donde acaba, y muy bien trazado lo que va a ir pasando, aunque luego cambien cosas. Y mi problema es que se nos adelantaron mucho las fechas para empezar a construir la producción y aún no tenía nada escrito. Fue un guión express.
P: El pobre lo paso fatal. Teníamos muy poco tiempo para empezar a poner en marcha la pre-producción y entre Magda y yo le empujábamos para que empezase a escribir diálogos. Me enseñaba la estructura y yo decía: “si la estructura está bien, empieza, tírale, ya lo irás resolviendo”.
D: Imposible. Yo soy muy maniático. Hasta que no tenía lo suficientemente claro todo lo que iba a pasar no escribía ni una coma. Fue un proceso duro, pero salió bien.
Hablando del guión también teníais que tener en cuenta el grado de improvisación que podía haber. ¿Hacíais muchas tomas o ibais muy ajustados?
D: El grado de improvisación en según qué proyectos es básico, pero en este existía en tanto en cuanto, en algún diálogo, se producía alguna réplica inesperada, pero no había mucho más margen. A mí me gusta trabajar con las cosas muy marcadas, tanto que si hay una pequeña improvisación proviene precisamente de lo asimilado que está lo que está sucediendo. Fuera de estos términos no se debe indagar demasiado, porque si no los tiempos de rodaje se te irían de madre.
¿Se puede decir que, después de lo que habéis hecho, animáis a la gente a seguir vuestros pasos?
M: Si, pero siempre sabiendo lo que se está haciendo. No hay nada peor que meterte en el ruedo sin saber torear.
D: En realidad no se hacen más películas de este estilo, con este tipo de financiación, porque cuesta atreverse y hay que tener muchas ganas de meterse en problemas.
M: Verdaderamente nos hemos encontrado a más gente buena que mala, pero no es un camino de rosas, hay que luchar mucho. Queremos agradecer el apoyo de El Pozo, porque aparecieron en el momento que estábamos a punto de arrojar la toalla.
Por último… ¿Satisfechos?
D: Plenamente.
P: TIene una factura impecable la película gracias a Luciernaga Color Grading, por ejemplo, empresa que ha hecho la corrección de color, el montaje de Alejandro Lázaro, Ocho Casas Estudios en sonido, Pedro Eugenio Delgado con El Colmo de las Imágenes en grafismo…
M: La posproducción en Madrid fue muy larga y cara, pero ha habido mucha gente buena. Me llevo muchos recuerdos y muchos amigos de esta aventura.
D: Haber conocido a Carolo Ruiz, hijo de Terele y actoren la peli, como una de las personas que más han empujado del carro y siempre poniendo todo su empeño en facilitarnos la vida.
M: Mucha gente: maquilladoras, peluqueras… del pueblo y de fuera. Un honor haber tenido a tantos corazones latiendo a nuestro lado.
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