Hace tiempo un grupo nos escribió para grabar un acústico, teníamos amigos en común, conocían nuestros vídeos y buscaban un poco de ayuda para darse a conocer. Estaba todo preparado para grabar, le dimos al botón y ella comenzó a cantar. Recuerdo que todo el equipo nos miramos pensando de dónde había salido esa chica y por qué no la habíamos escuchado antes. En el último segundo de la grabación tuvimos un problema con el audio, nos dimos cuenta en casa y no tenía solución. Me jodió, me jodió mucho, porque quería que escucharáis esa voz. Este fin de semana tenéis una nueva oportunidad para descubrirla y es que Lelé Terol forma parte de la primera edición de Al Cantar la Aurora. Te animo a seguir leyendo, conócela un poco y estoy seguro de que despertará tu curiosidad.
Si tuvieras que presentarte antes nuestros lectores, ¿cómo lo harías?
Pues diría que me llamo María Elena Terol, que tengo 24 años y que todo lo demás es una auténtica maraña. Presentarme me es complicado hasta ante mí misma, porque además de sentirme en perpetuo cambio la cosa implica sintetizar y eso me es bastante difícil. Resulta que a día de hoy estoy haciendo, estudiando y trabajando cosas realmente dispares, pero prácticamente me dedico a buscar, a aprender, a expresar y a transmitir todo lo que me emocione o me motive y eso es lo que nunca cambia en mí, sean cuales sean el contenido y la forma. Estando así las cosas, la música para mí, simplemente, es y ha sido siempre el maravilloso mundo de las posibilidades.
Cuando uno te escucha se da cuenta que no eres la típica cantautora, ¿qué artistas te han inspirado a lo largo de tu vida?
Eso es cierto, ni siquiera me ataño a una guitarra. No podría ser cantautora estrictamente porque no sólo me expreso mediante canciones como tal, verme como cantautora en muchos aspectos me estrecharía horizontes. Disfruto muchísimo la diversidad y la experimentación en la música, en el arte, en las personas.
Y en cuanto a la inspiración, ha habido millones de artistas, pero creo que el hecho en sí de tocar me ha venido de momentos y de etapas, de la soledad y la frustración, del amor y de cerrar los ojos con algún ruido, algún ritmo o alguna persona y ponerme a cantar casi oníricamente, con algo que expresar en la cabeza y dejándome llevar. Es un poco asqueroso pero a veces comparo hacer música con cortarme las uñas. Esos pedazos estaban ahí y formaban parte de mí silenciosamente, y de repente están fuera, en el mundo.
¿Cuándo cogiste por primera vez una guitarra? ¿Recuerdas tu primera canción?
Recuerdo que siendo muy, muy pequeña, me subí a una mesa y alegremente me puse a cantar (fatal) una canción que me estaba inventando en medio de un salón lleno de gente. Improviso cantando desde que tengo memoria. Con unos 8 años, viviendo en Totana, en las escaleras al sótano de mi casa había un reverb increíble y debió ser ahí cuando cogí la guitarra por primera vez, por el hecho de entrar como en trance con ese sonido. Pasé años haciendo ruiditos y trazos, pero nunca compuse para hacer canciones, hasta que me hice algo más mayor. Eso sí, recuerdo que mi primera canción como tal fue “Pola the Dot”, y la hice alrededor de 2006.
Imagina que tuvieras que quedarte con un grupo de tu infancia, un grupo de tu adolescencia y un grupo de tu vida adulta, ¿cuáles serían?
Imposible decirte uno sólo, y atención a las combinaciones: de la infancia, Yann Tiersen y Avril Lavigne. De la adolescencia, Laura Marling, los Planetas y los Chemical Brothers. Mi vida adulta no sé muy bien donde queda, pero si hablo de hoy, Tame Impala, Caribou y Enrique Morente.
La canción de autor últimamente está en boca de todos, con nombres que la están poniendo en primera línea y llevándola a un público más joven. Andrés Suarez, Marwan, Carmen Boza, Luis Ramiro… ¿a qué crees que se debe esta nueva ola?
No sé hasta qué punto se puede mezclar a todos ellos o generalizar en este tema, y además ando muy verde en ese mundillo. Pero supongo que a día de hoy, afortunadamente, en el arte como en la música de autor todo tiene cabida y ya no se considera algo lejano y reservado a algunos pocos sino que se ha cotidianizado bastante. Muchos de los cantautores o poetas que triunfan entre la mayoría de los jóvenes son jóvenes también, y captan sus intereses y sus preocupaciones perfectamente. Pero también es verdad, que con las dimensiones que alcanza esta ola también ha habido algo de “todo vale”, casi como si la música y la poesía orientada a los jóvenes se pudiesen hacer con una receta mágica añadiendo desamor, referencias sexuales o rechazo al sistema.
Hace poco leía un artículo en el que hablaba de la pérdida del carácter protesta de la canción de autor, como si fueran dos aspectos ligados e irrompibles, ¿qué opinión te merece? ¿es la canción de autor algo más que canción protesta?
Total y absolutamente. La canción de autor, como la música o la propia capacidad humana de cantar y tocar sirve, ni más ni menos, que para lo que cada uno quiera o necesite expresar. Protesta o no protesta. La apertura en ese sentido me parece genial y además ofrece muchísimas posibilidades.
Y todo eso de «cansautor» hace tiempo que quedó atrás, ¿no?
Yo creo que sí, sólo hace falta echar un ojo en el propio panorama murciano para ver que hay muchísimo talento, honestidad y fuerza, que lejos de cansar, motivan.
Itaca, Café de Alba, La Puerta Falsa, La Otra Casa… son muchos los refugios de la canción de autor en Murcia, ¿cómo ves Murcia para comenzar a andar? ¿Es dificil o hay muchas puertas a las que llamar?
Creo que como dices, para comenzar a andar, está muy bien. He podido tocar en Ítaca y Café de Alba, por ejemplo, sin siquiera tener nada grabado y ha sido siempre increíble. Además el público aquí es brutal y se mueve mucho, tiene curiosidad por lo que se cueza y eso anima un montón.
Y hablando de refugios y música… ¿es la música un refugio para ti o una vía de escape?
Refugio, vía de escape, diario y fotografía. Radiografía incluso. Siempre ha sido así.
Debe ser dificil reflejar en una canción lo que uno tiene dentro y luego soltarlo encima de un escenario.
(Risas) Sí. Tanto que he tardado muchos años en hacerlo. Pero tocando el acordeón en Nunatak le perdí un poco de miedo al escenario, y ya con David Hernández y mis propios temas, me di cuenta de que el escenario es ese maravilloso lugar en el que te entregas y te compartes totalmente con el público, que hay momentos de catarsis. Transmitir emociones o emocionar lo merece absolutamente todo.
Si tuvieras que mirar atrás, ¿con qué te quedarías de todo lo que te ha aportado la música hasta ahora?
Hablo de experiencia simplemente, porque si hablo de lo que me ha aportado la música de otros, la cosa ya es inabarcable.
Lo más bonito del mundo me parece poder improvisar. Que el trayecto con la música te permita crear con otros músicos, explorar y trasnochar muchísimo, disfrutar como una niña de bucles de 12 horas haciendo música.
Como comentas estuviste en los comienzos de Nunatak, la que para muchos es una de las bandas murcianas con mayor proyección, ¿cómo fue aquella etapa?
Fue brutal. Pasar de no haber hecho nunca nada a tocar en un grupazo es un honor y una oportunidad increíble. En ese entonces Nunatak era mucho más pequeño pero aun así dimos un montón de conciertos y viajamos bastante.
También has formado «Mercat de Nit» junto a David Hernández, ¿qué planes de futuro tenéis?
Vamos a grabar juntos en algún momento, pero ahora estamos más explorando horizontes y probando cosas con el flamenco y las escalas árabes. Ese será otro proyecto que de momento se está cociendo.
¿Tienes mente grabar en estudio próximamente?
Totalmente. Sólo que el reloj me ha comprado a mí y además quiero autoproducirme. Eso sí, a más tardar, este otoño podré sacar un EP.
En Al Cantar la Aurora compartes cartel con artistas ya conocidos en Murcia como Road Ramos, Proyecto Jass o Margott Vaum y otros emergentes como Río Viré, Carlos Zambrana o Liss Da Silva, ¿los conocías antes?
Sólo conocía a Rocío Ramos y a Margott Vaum, y a ambas las admiro muchísimo. Las letras de Margott Vaum me parecen una maravilla, su sensibilidad… Y de Rocío me atrapa su transparencia y sinceridad. A Río Viré lo conocí hace poquito y me parece una persona con un talento, simplemente, inabarcable.
Precisamente hemos visto que Río Viré y tú estáis preparando algo… ¿tenéis alguna sorpresa para el sábado?
(Risas) Si la hay o no la hay, es una sorpresa. De todas maneras, hacer música con Rubén es algo tan visceral y natural, que sean o no para el sábado, van a haber sorpresas.
¿Cuál ha sido el concierto de tu vida hasta el momento?
Definitivamente Silvia Pérez Cruz y Raúl Fernández Miró en el Teatro Circo de Cartagena. Ese día cogí una resaca tremenda de tantísimo llorar, de tantísima belleza.
– Imagina que te dan la oportunidad de poner BSO a una película, ¿cuál sería?
«In the mood for love» de Kar Wai Wong.
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