Con motivo del concierto que el grupo Mägo de Oz realizó el pasado viernes 22 de Abril en la Sala Budokan de Cartagena, en C’mon Murcia hemos tenido la oportunidad de entrevistar a su líder, Txus Di Fellatio. Durante la entrevista Txus nos habló de los orígenes del grupo, su evolución y de lo que ha supuesto el nuevo Finisterra, entre otras muchas cosas, incluida la enorme crisis que atravesó la banda hace 5 años.
– Coincidiendo con el aniversario del disco Finisterra decidisteis regrabarlo y sacar una nueva edición. ¿Qué fue lo que os llevó a tomar esa decisión y qué novedades se pueden encontrar los fans en este nuevo Finisterra?
El disco de Finisterra fue el que nos proporcionó el salto a la fama y pensamos que sería una buena idea regrabarlo coincidiendo con el 15º aniversario de la salida del disco. No queríamos regrabar un par de canciones y meter alguna nueva de relleno para engañar a la gente y que compraran el disco, que es lo que hacen la mayoría de grupos. La banda había cambiado mucho desde el año 2000, ya no estaban Peri, ni Kiskilla ni José Andrëa, por lo que era una buena oportunidad de grabar Finisterra con nuestro nuevo vocalista, Zeta, y los nuevos músicos. Los fans se van a encontrar un álbum con un estilo musical parecido al de Ilussia, que se trata de un disco que nos ha marcado muchísimo. En este nuevo Finisterra hay una gran presencia de coros, que le dan un tono grandilocuente y operístico, y las canciones suenan más heavys.
– Este disco fue el que os catapultó definitivamente a la fama y en él podemos encontrar algunos de vuestros temas más representativos. ¿Qué significo para vosotros Finisterra?
Bueno, como ya te he comentado antes, este disco fue el que verdaderamente nos hizo famosos. Antes de la salida del disco cada uno de los integrantes del grupo tenía su propio trabajo y quedábamos los fines de semana para tocar en alguna pequeña sala de conciertos, pero el éxito de Finisterra nos hizo tomar la decisión de dedicarnos a la música de manera profesional y empezar a vivir de esto. De repente nuestras canciones sonaban en todas las radios y se vendieron muchísimas copias del disco, además Finisterra nos dio la oportunidad de realizar conciertos en países como Francia y Alemania.
– El nuevo disco es muy respetuoso con el espíritu y el sonido del original pero introduciendo arreglos musicales más modernos y una producción de mayor calidad. ¿De qué manera ha evolucionado el estilo musical de Mägo desde ese primer Finisterra?
Seguimos siendo los de siempre con nuestros violines, gaitas, guitarras, melodías… Se han ido unos y han venido otros pero el espíritu sigue siendo el mismo. Algunos nos gritan «vendidos» por los estribillos de las canciones y por ser más comerciales pero la mayoría de fans de Mägo de Oz son gente muy joven a la que escucharnos les ha servido para realizar su primer acercamiento al heavy metal. Luego pueden experimentar, descubrir y escuchar a otras bandas como Rammstein o Iron Maiden y decir «¡Jo, estos suenan más duro y hacen más ruido! Me gustan más». Como te decía antes, quizás en este disco se note la influencia de Ilussia, con una mayor fuerza de la guitarra y la batería y la introducción de los coros, pero la mayoría de canciones respetan el estilo de las originales. Las canciones más cambiadas son las que menos me gustaron del disco original, como La Cruz de Santiago, que quería que tuviera un rollo más power metal.
– En este disco sois especialmente críticos con el ser humano y podemos encontrar canciones como Satania, que ya anticipaba, en el año 2000, como la tecnología iba a acabar por controlar nuestras vidas. Cuando escribiste la canción, ¿pensabas que llegaríamos a una situación tan extrema?
La verdad es que sí. Era el año 2000 y ya veía que la cosa no iba por buen camino. Yo estoy absolutamente en contra de la tecnología y cuando me dijeron que esta entrevista sería para un medio online dije «de acuerdo, pero que no me manden las preguntas por correo». No me gusta contestar las preguntas por correo, me parece muy frío. Además las envías y las puede contestar una secretaria, no hay nada que certifique que las haya respondido yo. Por eso prefiero las entrevistas en persona o por teléfono, es un trato más cercano. Debido a la tecnología y las redes sociales se están perdiendo costumbres como la de quedar con los amigos en un bar para tomar algo y hablar. Por ejemplo, a mi me encanta coger el metro, irme a un centro comercial, tomarme algo, comprar el último disco de mi banda favorita y llegar a casa y escucharlo. Es un auténtico placer. Ahora todo ese ritual se ha perdido y el disco está al alcance de un clic.
– Las letras de Mägo de Oz siempre han estado repletas de poesía, filosofía y literatura, como podemos escuchar desde los álbumes Jesús de Chamberí y La Leyenda de la Mancha. ¿De dónde viene tu interés por esas artes?
Yo iba a un colegio religioso y siempre me echaban por meterme con los compañeros… así que de ahí no viene. Mis padres siempre se preocuparon de que leyera libros y, además, me gustaba mucho escuchar música. Me pareció original la idea de que las canciones de un grupo de heavy metal tuvieran un fuerte componente de poesía y literatura. Normalmente las canciones de los grupos de heavy metal suelen ser más salvajes y directas en plan «te echo en la cama y te hago esto y lo otro», eso está bien y lo respeto, pero se ve que yo soy más sentimental y poético; prefiero las metáforas. Por ejemplo en la canción Quiero morirme en ti, del disco Hechizos, pócimas y brujería, en vez de decir la palabra abandono se cuenta que «cuando ella se fue, le anidaron las despedidas».
– Siguiendo con vuestros orígenes, ¿cómo nace la idea de mezclar heavy metal con música folk?
Mi grupo favorito de música era Iron Maiden, así que en un principio, la banda se llamó Transilvania 666 en su honor. No quería hacer el mismo tipo de música, por lo que pensé en incluir música celta porque cuando la escuchaba me transportaba a un cuento, a una época medieval llena de aventuras, magia, caballeros, princesas y dragones. Es una música que te imaginas escuchando alrededor de una hoguera, en un ambiente de fiesta y de diversión. Con el tiempo le cambiamos el nombre a la banda por Mägo de Oz porque casaba mejor con nuestro estilo de música y las letras de las canciones.
– La mayoría de vuestros álbumes son conceptuales y habláis sobre temas sociales, políticos y religiosos que os preocupan especialmente. ¿De qué temas os gustaría hablar en próximos discos?
Llevo un tiempo dándole vueltas a la idea de una segunda parte de Jesús de Chamberi centrada en el apocalipsis. También me gusta la idea de un álbum conceptual, al estilo de La Leyenda de la Mancha, sobre El Buscón de Quevedo, pero hasta 2018 no estará listo el próximo disco.
– Hace unos años el grupo sufrió una pequeña crisis que acabó con el cambio de vocalista. Ya son 4 años con Zeta, ¿qué crees que ha aportado a la banda Zeta y qué cosas han cambiado en Mägo desde su incorporación?
Pequeña no, fue muy gorda, jajaja. Ya sabes que a mi me gusta hablar claro. Llegamos a una situación en la que ese individuo se marchaba o el grupo desaparecía. La pequeña Dorothy estaba en su cama muriéndose; tuvimos que extirparle la enfermedad y abrir la ventana para airear la habitación. Ahora tenemos a Zeta, que es un tío sano, no bebe antes de los conciertos y cuida mucho su voz, no falla ni una sola nota. Al principio Zeta se encontró con un desafío enorme, pues pasar de un grupo amateur a cantar ante miles de personas es muy complicado. En la primera gira estaba un poco parado pero con el tiempo ha cogido tablas y ha sabido adaptarse al grupo. La llegada de gente nueva siempre es buena pues después de 28 años en la música necesitas a gente joven que te contagie su alegría e ilusión. Al principio se criticó mucho el cambio y hay mucha gente que piensa que Mägo acabó con la marcha de José Andrëa. A esa gente la invito a que vea el vídeo de un concierto que su grupo dio hace unas semanas en Nueva York. Una imagen lamentable. Antes no se cuidaba, bebía demasiado y no se aprendía ni las canciones; sigue por el mismo camino. No creo que eso sea lo que quieren los fans para Mägo de Oz.
https://www.youtube.com/watch?v=BdVtHBFyn-o
– En el concierto en Sala Budokan podremos disfrutar de Patricia Tapia (KHY) que en los últimos discos ha cobrado especial importancia y se ha convertido en la voz femenina de Mägo de Oz. ¿Qué ha aportado Patricia a la banda aparte de afianzar ese estilo de ópera rock?
Patricia es una chica muy alegre, siempre está feliz y contagia al resto del grupo de ese sentimiento. Es como el pegamento que une al grupo. Además, es la mejor voz femenina de heavy metal y rock que hay en este país. En los últimos discos ha tenido la oportunidad de participar más porque cuando estaba José Andrëa solo se limitaba a los coros. José tenía celos de ella porque cantaba mejor. Patricia muchas veces tenía que hacer el trabajo sucio desde los coros porque había notas a las que José Andrëa no llegaba.
– Habéis realizado giras prácticamente en todas partes del mundo, pero las giras por Sudamérica son muy especiales. ¿Qué sitios os gusta más visitar? ¿Puedes contarnos alguna anécdota curiosa que os haya pasado?
Si, es verdad que son muy especiales. Es difícil elegir un sitio porque nos han tratado muy bien en todos: México, Perú, Bolivia… Aprovecho para mandar un abrazo muy fuerte a nuestros amigos de Ecuador que están viviendo momentos muy duros por la catástrofe que ha causado el terremoto. En cuanto a anécdotas… nos ha pasado prácticamente de todo, desde quedarnos encerrados en el camerino hasta ser amenazados a punta de pistola.
– Ya estuvisteis hace unos meses en la inauguración de la nueva temporada de la Sala Budokan de Cartagena. ¿Qué es lo que os ha hecho volver?
Queríamos que el Finisterra sonara también en las salas de conciertos y no solo en grandes recintos o festivales. El Finisterra del año 2000 se tocaba en pequeñas salas de conciertos; es el lugar donde mejor luce el disco y queríamos recuperar ese espíritu, por lo que en esta gira hemos combinado los grandes conciertos con conciertos en salas más pequeñas. Además, la última vez que estuvimos en la Sala Budokan nos trataron muy bien.
