Han pasado 20 años desde que naciera Lori Meyers. Prácticamente toda la vida de Noni, Alejandro, Alfredo, Miguel, JJ y Javier ligada a los escenarios y al grupo que nos ha dado una colección de clásicos e himnos que ha convertido a la banda de Granada en una de las más grandes de nuestro país.
Ahora se encuentran en plena gira celebrando este aniversario y este sábado 23 de Junio encabezan la 2ª edición del festival Welcome Summer Mar Menor en el que también estarán Lori Meyers, Ángel Stanich, L.A., Morgan, Glas, Aníbal Gómez… Aprovechando esta inminente visita a la Región para celebrar una Noche de San Juan distinta, hemos hablado con ella. Aprovechando esta nueva visita a la Región hemos hablado con Alejandro Méndez, guitarra del grupo.
En ocasiones se os describe como un grupo de himnos y si me pongo a pensar en canciones vuestras que puedan ser consideradas como tal la verdad es que me faltan dedos, ¿alguna vez habéis sentido vosotros tras terminar una canción que estabais ante una canción que marcaría vuestra carrera o eso ha ido surgiendo por sí mismo?
Es dificil responder a esa pregunta porque está claro que cuando tú haces canciones, estas vienen de un fase muy inicial y poco a poco van creciendo. El grupo sí que puede saber qué canciones pueden gustar más a la gente pero también te puedes equivocar. Al final quien hace que una canción sea un himno es el público, es la gente que la escucha quien la hace grande. Uno puede tener una ligera idea pero nada más. Trabajamos como artesanos las canciones pero después ya no está en nuestras manos.
¿Y ha habido alguna que os haya sorprendido especialmente su acogida? ¿Y por el contrario, alguna que creas que se merecía mucho más?
Creo que hay dos canciones que sí que somos conscientes de que han pasado una frontera que no nos esperábamos, «Mi Realidad» y «Emborracharme».
«Mi Realidad» se ha convertido en uno de los himnos del indie español.
Hace ocho años desde que se grabó y se ha convertido en una cosa que ya no es nuestra. Siguen metiéndola en recopilatorios y cosas de este tipo. Podríamos intentar repetirlo pero yo creo que cuando intentas repetir el golpe de suerte este ha cambiado ya. Uno se puede enfocar hacia ello pero hay algo más que no se puede controlar.
En esta nueva gira habéis dado un salto enorme con vuestra puesta escena, una de las más cuidadas que podemos ver ahora mismo por nuestro país, ¿qué os ha llevado a llevar a cabo esta inversión en pantallas e iluminación?
Siempre hay que progresar. Uno se fija en las giras que ya se han realizado o las grandes giras internacionales que siempre cuidan mucho más el espectáculo, no solo el sonido sino también la puesta en escena, que todo acompañe a la música y sea un espectáculo audiovisual y no solo musical.
Ya en la anterior gira habíamos intentado algo pero en esta veíamos que el disco tenía también un punto social a la hora de abordar temas que van más allá del amor más simplón y creíamos que podría venir bien un apoyo a esa idea. Pusimos varias ideas en la palestra y al final escogimos lo que mejor creímos que nos venía, siempre en función de las canciones que son el motor y el pilar al que todo lo demás debe acompañar.
Nosotros somos los últimos en ver cómo queda el espectáculo pero después vemos fotos y vídeos y es verdad que gana mucho. Estamos muy orgullosos y la gente lo valora.
Debe haber un equipo brutal junto a vosotros para poder hacerlo posible.
Hace como 8 años tocamos en el FIB e íbamos con una furgoneta y un remolque muy pequeño. Recuerdo que teníamos al lado el trailer de los Arctic Monkeys y e hicimos una foto porque nos hacía mucha gracia verlo junto a nuestra furgoneta. Ahora han pasado los años y nos hemos podido permitir hacer esto. En gira vamos 18 personas contando músicos y técnicos, 2 personas para luces y vídeos… siempre intentamos rodearnos de los mejores.
El 29 de Diciembre tenéis una de las citas más importantes y más grandes de vuestra carrera, aún faltan meses ¿pero ya os ponéis nerviosos al pensar en ello? ¿Qué hará que sea un concierto de los que se recuerda toda la vida?
Lo hemos anunciado tan pronto que por un lado eso nos da la facilidad para ir viéndo cómo va todo con tiempo de sobra, poder hacer acciones, promoción… Tenemos una idea en mente, queremos que sea especial porque va a ser nuestro concierto más grande.
Por un lado es el concierto más grande en cuanto aforo y por otro es nuestro 20 aniversario, podremos hacer un show muy diferente al que venimos haciendo en festivales. Vendrá bien parar un poco las revoluciones y hacer algo distinto. Queremos cambiar la escena, no solo las canciones. Podremos viajar a lo largo de nuestra carrera porque hemos tenido épocas más modernas, más electrónicas, más americanas… queremos que sea una noche muy especial.
Os descubrí cuando aún estaba en el instituto y un profesor puso «Mujer esponja» en una clase. Muchos años después hemos coincidido alguna vez en festivales donde estabais vosotros, ¿sois conscientes de la cantidad de historias que han tenido vuestra música como banda sonora?
Somos conscientes porque de vez en cuando hay gente que te lo dice. Pero realmente, si te digo la verdad, vas cumpliendo metas y cumpliendo retos poco a poco, cuando sacas un disco ya estás pensando en el siguiente… El pasado está ahí y lo tienes que tener presente, pero vas mirando hacia delante y no terminas de ser consciente de lo que han podido significar las canciones para muchas personas.
Nos pasa mucho en Granada, gente que nos dice que a lo mejor ha conocido a su novia con una canción nuestra y ahora están casados y tienen hijos. Esa canción va a ser muy especial porque estuvo en momento en el que su vida cambió. Nosotros hacemos música pero no somos conscientes de hasta donde pueden llegar las canciones.
¿Y como es eso de conocer a fans que llevan a vuestro lado desde el principio? Me imagino que al final serán algo más que fans para vosotros.
La gente que sigue a Lori Meyers ha ido cambiando, está viva como el grupo. El público no ha sido siempre el mismo ya que no nos hemos estancado en un estilo toda la vida. Tenemos público que viene del indie más extremo, gente que viene del mainstream… el que quiera entrar que entre y el que quiera salir la puerta también está abierta.
¿Las etiquetas solo limitan?
Las etiquetas encasillan pero ahora mismo son necesarias. Tú tienes que tener claras tus prioridades y tu discurso, lo que eres, lo que te gusta hacer y lo que quieres contar. Y en función a eso puedes cambiar conforme te apetezca hacerlo.
Lo de descubriros en el instituto me hace pensar en si creéis que la música tiene el valor que se merece en la educación y en el desarrollo que tenemos como personas o simplemente se ve como entretenimiento.
Cuando yo estudié la verdad es que tuve suerte, no por horas lectivas ya que creo solo había una hora semanal de música, la tuve porque la profesora que tuve intentó no enseñar solo algo de solfeo y de música clásico, sino adentrarnos en la música más moderna.
La música es más importante de lo que la gente se cree. No es un mero entretenimiento, va mucho más allá. Si la gente sabe más sobre música, será mejor persona. Creo que la música va unida estrechamente con el espíritu o el alma, como las otras artes. No podemos dar de lado las artes.
A lo largo de todos estos años también habrá habido malos momentos en los que se ha hecho especialmente difícil seguir, ¿qué os ha hecho no tirar la toalla?
Seguimos siendo jóvenes y hemos aprendido a saber llevarnos. Eso es muy importante, tener claro cuáles son los pilares del grupo, quien hace cada cosa… y, sobre todo, tener ganas de seguir adelante.
¿En el punto en el que estamos qué íbamos a hacer si lo dejáramos? Seguiríamos en la música cada uno por nuestro lado, supongo, porque a estas alturas no creo que vayamos a cambiar de profesión. Tenemos mucha suerte de dedicarnos a lo que nos gusta y eso es un premio que cualquiera valoraría como nosotros. Se ha convertido en nuestra vida y en nuestra profesión, por lo que tenemos que seguir aunque vengan momentos malos.
Si pudieras volver atrás y encontrarte con los Lori Meyers que empezaban a ensayar, ¿qué te gustaría decirles?
Creo que les diría poco. Y no porque piense que fuéramos encaminados desde el principio ni nada, sino porque ya creíamos bastante en lo que hacíamos y nos rodeábamos de gente que nos aconsejaba bien. Hay cosas que habríamos hecho diferentes pero tampoco las cuestiones más importantes. Problemas internos, problemas con discográficas, temas de videoclips o estudios donde hemos grabado… pero si no lo hubiéramos hecho así el camino igual habría sido otro. Sobre todo hay que creer en uno mismo y tomar las decisiones que consideres que debes tomar en cada momento.
Con la proliferación de festivales se leen muchas críticas sobre la repetición de grupos en los carteles. Vosotros no os habéis librado de esas críticas pero vuestros conciertos siempre son de los que más público convocan, ¿crees que eso responde a las críticas o dirías algo más para contestarlas?
Es un signo del tiempo en el que vivimos. Hace años no había tantos festivales, ahora son muchos más. Los festivales además de ser un sitio donde ir a disfrutar de la música también son un negocio y en el negocio el promotor debe ver color. Hay festivales que se intentan diferenciar, como el Primavera Sound, pero los festivales que llevan menos tiempo deben tirar de un cabeza de cartel que asegure un número de entradas para cubrir gastos y poder ir completando con otro tipo de grupos. Puede ser porque no haya tantos grupos que llenen o porque los festivales no arriesgan tanto.
Últimamente nos meten en ese saco de los mismos grupos que se repiten y nosotros no lo vemos justo. Llevamos 5 o 6 años controlando el tema de no tocar demasiado. Hay otros grupos que hacen muchísimos más festivales, pero nosotros estamos de cabeza de cartel en aquellos donde hay más público y medios.
Al final las críticas no hablan de música, hablan de que se repiten los grupos pero no de lo que hacemos en el escenario. El periodista debe basarse más en el concierto que en si es el mismo grupo de siempre o no.
¿Alguno de vuestros primeros conciertos que recordéis de forma especial?
El concierto en el que vimos que realmente sucedía algo fue una de las primeras veces en Madrid. Fue en la Sala Moby Dick como teloneros de The Long Winters. Dimos un concierto de unos 20 o 25 minutos, presentábamos «El viaje de estudios» y al salir al escenario vimos que la gente se sabía las canciones. Era la primera vez que nos sucedía eso fuera de nuestro pueblo con nuestros amigos. Después fuimos a la Siroco y la llenamos. Allí vimos que había gente que nos seguía, que había algo. A ese concierto le tenemos mucho más cariño que otros más grandes como el del FIB o el SOS 4.8 que también fueron especiales para nosotros.
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