Seguro que muchos de vosotros habréis paseado por Cabo de Palos y os habréis bañado en sus playas pero quizá no todos conozcáis la trágica historia del Sirio. Un capitán que abandona el barco ante la inminencia del naufragio, numerosos desaparecidos pero también supervivientes: una suerte de Titanic en nuestra costas. Emma Lira (Madrid, 1971) se encontró con los restos del buque buceando y desde entonces supo que quería contar su historia, de ahí nace Lo que esconden las olas (Plaza & Janés, 2014), una historia contada a dos tiempos en la que ficción y realidad se encuentran en cada marea, dejando entrever el lado bueno y el lado malo que todos guardamos dentro. Lee el libro este verano y luego acércate a ver los restos de una historia que está anclada en una realidad tan bella como cercana.
¿Qué te trae de Madrid a la costa de Murcia?
Me trajo un curso de submarinismo a Cabo de Palos, en el que mis instructores me contaron la historia del naufragio del Sirio. Siempre digo que es el mejor sitio donde podría haberla escuchado, era el lugar idóneo. Para mí fue muy impactante ver que en aquellas aguas en las que había estado buceando había habido una tragedia de esa magnitud unos poquitos años de que ocurriera lo del Titanic. Un naufragio con un número de muertos indefinidos porque había inmigración ilegal a bordo y nunca se supo exactamente el número de víctimas, con un capitán que se dio a la fuga abandonando el barco y con un comportamiento heroico por parte de los pescadores de la zona que arriesgaron todo para ayudar a la gente. Me pareció que los ingredientes eran los de las grandes historias que a todos nos gustan y que, sin embargo, era un episodio completamente desconocido para mí y como yo había mucha gente. Se me quedó entonces una espinita: yo quería contarlo y hacerlo visible.
Me imagino que el proceso de documentación sería bastante largo y enriquecedor.
¿Sabes lo bueno? Que como yo la historia la conocía desde tiempo antes, todo ese proceso de documentación había ido teniendo lugar progresivamente. Había ido atesorando mucha información de manera progresiva, así que no tuve que hacerlo todo de golpe. Cuando decidí ponerme a escribir, recopilé toda esa información y la refresqué en la hemeroteca con información que habían publicado en la época, los periódicos, las fotografías… afortunadamente ha habido mucha gente en Murcia preocupada por la historia: Pérez Adán o García Gallego han escrito libros, tienen blogs, también Fernando José García Echegoyen que es uno de los grandes historiadores que se dedican a hablar de naufragios en las costas españolas… Lo único que tenía que hacer era recopilar toda esa información, releerla y empezar a trabajar con lo que no se sabía. Había partes de la historia que sí se conocían, yo lo que quería hacer era contar lo que podía haber pasado. Qué ocurrió a bordo, por qué el barco encalló en una zona donde todo el mundo sabía que existían escollos, por qué un capitán con tantísima experiencia y tantos años de navegación de repente se da a la fuga, por qué cunde el pánico y la gente se tira al mar cuando si se hubieran quedado a bordo se podrían haber salvado puesto que el barco tardó quince días en hundirse… Lo que yo quería contar era eso, adentrarme en el “hasta donde no se sabe”. En su momento, se habló de inmigración ilegal a bordo, un posible sabotaje… todas esas cosas quedaron diluidas, no se pudo comprobar nada y por supuesto, la verdad no la sabremos nunca. Lo que yo he querido es de hacer un poquito de ficción de ese desconocimiento y tratar de imaginarme cuáles fueron los motivos que llevaron al hundimiento del barco y por qué aquel capitán se dio a la fuga abandonando a cientos de pasajeros a su suerte.
Has creado una novela de ficción a partir de unos acontecimientos históricos reales, ¿te costó mucho imaginar lo que podría haber pasado o el hecho de que se tratara de una anécdota tan sugerente te facilitó la tarea
Me llamaba mucho la atención el tema de los supervivientes, por ejemplo, había niños a bordo que sobrevivieron o niños cuyos padres jamás fueron encontrados, ¿qué pasó entonces con esos niños?, ¿cómo crecieron?, ¿dónde se criaron?… También me intrigaba la figura del capitán, el gran malo de la historia, el que se da a la fuga y abandona el barco haciendo que cunda el pánico. ¿Qué pasó con ese hombre? ¿Se arrepintió?, ¿no se arrepintió?, ¿qué pasó con su familia? Me obsesionaban esas figuras y quise darles voz. En la novela doy voz al capitán que es el responsable último, culpable o no, eso ya es un juicio personal de cada uno pero sí es responsable último del barco, y por tanto responsable de lo que le suceda. Intento que él cuente con sus propias palabras cómo ocurrieron los acontecimientos y cómo actuó él, que trate de justificar su comportamiento. La acción transcurre en dos momentos históricos, primero el hundimiento del barco y segundo en la actualidad, en el año 2006, cuando se celebran los actos conmemorativos del año del naufragio. Mezclo personajes históricos, los que realmente vivieron la tragedia, con personajes de ficción que introduzco en la acción y en el año del centenario recreo a una serie de personajes que con motivo de los actos se reúnen en Cabo de Palos cada uno con su historia a espaldas y cada uno con su propia relación personal con la historia del naufragio pero todos con un mismo objetivo que es tratar de desentrañar la verdad de lo que sucedió a bordo aquel 4 de agosto de 1906.
Entonces con este juego temporal queda muy patente que el presente tiene mucho que decir sobre el pasado
En este caso sí, digamos que lo que sucedió en el pasado se resuelve desde el presente, desde una información de la que se dispone en el presente. Son los protagonistas del presente los que pueden dar respuestas a lo que ocurrió en el pasado.
Intriga, historia, amor, fantasía… ¿son todos los ingredientes necesarios para enganchar a un lector?
Me gusta pensar que sí, creo que es una historia que se lee de una manera muy fácil porque te va dando respuestas poco a poco, te va dejando con la intriga de lo que sucederá a continuación, va creando vínculos entre los personajes, va creando vínculos entre el lector y los personajes… Me gusta pensar que es un libro que nos puede tocar un poco de cerca porque habla sobre la empatía, sobre meterte en la piel de esos personajes, ver cómo cada uno de ellos, desde los pasajeros hasta el capitán, vivieron ese naufragio y cómo cada uno de ellos actuó o cómo creyó que tenía que actuar. Para mí la gran tragedia del Sirio o la gran peculiaridad del naufragio es que fue lo mejor y lo peor de lo que vive en todos nosotros. Nos encanta pensar que somos buenísimos y que si tuviéramos la oportunidad lo haríamos todo de la mejor manera posible y qué duda cabe que abocados a unas circunstancias determinadas no tenemos ni idea de lo que haríamos. A bordo del Sirio hubo gente que arrancó de las manos salvavidas a mujeres y a niños para salvarse ellos mismos, hubo gente que utilizó armas para ocupar un puesto en los botes salvavidas o conseguir algo con lo que poder flotar cuando cayera al agua… hubo también un puñado de personas, los pescadores de Cabo de Palos, que sin tener nada que ver con el Sirio, se enfrentaron a la muerte, pusieron en peligro sus barcos y sus propias vidas acercándose a un barco que previsiblemente se iba a hundir para salvar a la gente que había dentro. De alguna manera, es como si el acontecimiento sacara lo mejor y lo peor, el lado bueno y el lado oscuro que todos tenemos dentro de nosotros. En el presente eso también sucede, todos prejuzgamos, todos creemos que actuamos de la mejor manera posible y al final no nos damos cuenta de que cuando llegan las circunstancias adecuadas, no tenemos ni idea de cómo vamos a actuar, si no, no existiría nunca el arrepentimiento.
Te defines como viajera y escritora. Dos caras de una misma mujer. ¿Dónde te reconoces más? ¿Qué te aporta cada una?
Son complementarias, por lo menos en mi caso. El viajar me proporciona las anécdotas, los personajes, los paisajes que luego quiero describir en mis novelas. No hace falta que esté contando un sitio concreto, a lo mejor, un abuelito de Turquía me puede inspirar para hacer un abuelito de España o una conversación que he tenido no sé dónde me puede inspirar para hacer una conversación en otro sitio distinto. Me parece enriquecedor conocer muchas vidas distintas, muchos paisajes y situaciones culturales distintas y todo eso se refleja a la hora de enfrentarme a una narración. Es como si tuvieras una base de datos muy grande de personas, de acontecimientos, de hechos, de paisajes…
¿Tienes algún viaje en mente que pueda ser el protagonista de una próxima novela?
Tengo un viaje que puede ser el protagonista de una novela pero no está en mente porque ya lo he hecho. Es un viaje que ya hice, no puedo contarte mucho más pero es un lugar en permanente conflicto, una zona de Oriente Medio. Me gustaría pensar que es el siguiente escenario, quizá no pueda viajar próximamente, pero afortunadamente es un sitio en el que he estado y que conozco de primera mano y eso me servirá para recrear en sus paisajes a los personajes de los que me gustaría hablar.
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