Poco a poco Carrie Palmer se ha convertido en uno de los nombres habituales de la noche murciana. La conocimos cuando estaba al frente de Supernaud, una revista dedicada a la música que apostaba por una visión diferente de esta ciudad. Ha pasado mucho tiempo desde entonces. Ahora cada noche se sube a la cabina con una propuesta diferente y con la clara intención de hacer bailar y divertirse a todo el que se ponga delante. Abierta de miras, apostando por nuevos estilos y fusionándolos con un gusto ecléctico que lleva años cultivando. El 1 de Junio estará en una nueva edición del festival Ventepijo junto Karmacadabra, Kracauer, Kessels, Río Viré, Claim, Laura Uve…
¿Si tuvieras que presentarte en pocas palabras ante nuestros lectores cómo lo harías?
Hola soy Carrie Palmer dj y melómana. Creo que la música es capaz de cambiarlo todo.
Estos últimos años has crecido mucho en tu faceta como dj y, poco a poco, te has convertido en uno de esos nombres fundamentales que forman la noche murciana, ¿cómo has vivido todos estos años desde las cabinas? ¿Te sienes cómoda ahí arriba?
Nunca tuve la intención de ser dj pero sucedió sin darme apenas cuenta, sólo quería trabajar cerca de la música. He sido redactora, promotora y pinchaba como hobbie. Mis sesiones empezaron a gustarle a la gente y sin darme cuenta se convirtió en mi oficio. En estos años he visto que mi eclecticismo ya no suponía un problema sino una virtud y que tenía la capacidad de hacer disfrutar y de sorprender a la gente.
Me siento muy cómoda en la cabina, a veces como una chamana de la diversión, otras en mis sesiones más experimentales sólo quiero provocar cosas. Cada sesión es distinta y a veces el nivel de cansancio o mi propio estado personal puede afectar, pero siempre me conecto con el público y eso me hace feliz.
¿Qué es lo mejor de pinchar?
La conexión que siento con la gente a través de lo que más amo. Es algo espiritual.
¿Y es igual enfrentarse a estar en una cabina siendo mujer que siendo un hombre? ¿Y a ser contratada?
Buena pregunta. Yo quiero que me traten como una profesional, no siempre es así por ser mujer, pero cada vez noto que se me respeta más. En las cabinas me ha pasado de todo y enfrentarte a que te medio acosen no es cosa ya de ser chico o chica, a mis compis masculinos también les pasa. Tampoco me gusta que me contraten por ser mujer, y he rechazado sesiones por eso. Quiero que me contraten por ser una buena dj y no una chica.
Viendo las situaciones a las que una mujer se tiene que enfrentar cada noche en un bar o discoteca, ¿cómo te enfrentas a ellas desde la cabina?
Por desgracia es el pan de cada día, llevo trabajando en la noche muchos años, antes de camarera y es la misma situación. Me enfrento siendo seria o tajante y con tolerancia cero a las faltas de respeto. Si alguien me dice guapa yo digo gracias, si me incomodas te paro. Es la única forma de sobrevivir.
¿Cómo definirías tú a un buen dj?
Buena técnica y empatía con el público. No soporto a los djs que pinchan para ellos mismos, ni a los que se ríen y creen que su gusto está por encima del resto. Nuestro trabajo es divertir y hacer sentir cosas a la gente. Si quieres que la gente disfrute de algo nuevo, encuentra el modo.
Eres fiel defensora de la apertura de miras en cuanto a la música y de dar una oportunidad a las nuevas propuestas que van surgiendo, ¿has sido siempre así o ha sido una evolución con el tiempo?
Yo era un hater de cuidado y lo más grandioso que me ha pasado ha sido liberarme de todos mis prejuicios respecto a la música. Disfruto descubriendo cosas nuevas y cada temporada me da por algún género distinto que voy sumando a mis sesiones. Sin esa curiosidad y apertura de miras, este trabajo me aburriría enormemente.
¿Es fácil quitarse prejuicios de encima en la música?
No es nada fácil pero la gente más joven está mucho más liberada de prejuicios que por ejemplo los mayores de 35. Hay un eclecticismo y una riqueza muy grandes, gracias sobre todo a Internet. La gente escucha rock y también reggaeton, eso es muy sano y une mucho.
¿Y tú, como dj, te has tenido que enfrentar a esos prejuicios del público?
(Risas) Cada fin de semana. He llegado hasta recibir una hoja de reclamaciones. Si apuestas por liberar prejuicios, prepárate para ser fuerte porque te van a venir críticas y frasecitas de cuñado por todos lados. Yo me mantengo en pie porque sé lo que hago y lo tengo bien argumentado.
¿Es el público más abierto que antes o todavía cuesta que se centren en la música y nada más?
La gente joven más que la más mayor pero cuesta, cada uno quiere escuchar su lista de spotify y hasta te la enseñan para que lo sepas. Hay mucha intransigencia pero si se lo haces pasar bien y sorprendes, todo eso se olvida.
¿Qué crees que aportan nuevos géneros como el trap? ¿Qué tienen para haberte ganado?
Bueno es que el trap es una sucesión del rap, para mi es una aceptación de una línea que me flipa pinchar. Creo que es la música más honesta actualmente y su modo de creación para mí es muy fresco. El que se pueda hacer casi sin medios es lo que le convierte y lleva para mí el espíritu del punk más irreverente.
El reggaetón también es un género que está sufriendo una transformación, ¿cómo lo veías antes y cómo lo ves ahora?
Yo crecí con el reggaeton en las discotecas y escuchando rock, electrónica y jazz en mi casa. El odio a este género nunca lo he entendido muy bien, pero vamos me parece un complejo bastante importante. El ritmo del reggaeton es adicitivo, y como en cualquier género hay bueno y hay malo. El neoperreo está en alza y la música en español gracias a él está invadiendo el mundo. Hay artistas que merecen todo mi respeto y no están en los 40 principales.
¿Qué te parece la apertura de festivales concebidos en un principio como indies a nuevos géneros y tendencias? ¿Entiendes las críticas que puedan recibir por su público más fiel?
Bueno lo de la recogida de firmas para que Bad Bunny no actué en el Sonar me tiene trastornada. Los festivales se están abriendo a una realidad y liberación de estilo que debe ser así. Internet es el causante, pensamos que el reggaeton es masivo o este tipo de propuestas urbanas. Bad Gyal no se escucha en la radio, pero tiene miles de seguidores a través de las redes, esta música es underground real, y por supuesto si los festivales se hacen llamar independientes tienen que acoger este tipo de propuestas sí o sí.
Desde hace muchos años has sido una persona ligada al mundo de la cultura y la música en Murcia, ¿cómo ves el momento actual que vive la ciudad?
Bueno, durante muchos años fui muy crítica con cómo se hacían las cosas aquí, ahora intento dar ejemplo con mi trabajo en vez de discutir tanto con la gente. Me parece lo que le parece a todo el mundo con un poco de criterio, si sabes a quien acercarte puedes conseguir cosas pero yo creo en la pasión por la música y aunque me ha costado mucho más ir por un camino más solitario, es mi propio camino y nadie me ha regalado nada.
¿Qué es lo mejor y lo peor que has visto en Murcia en cuanto al tejido cultural? ¿Qué te gustaría que cambiara y fuera diferente?
Lo peor de verdad el tratamiento de la música “indie” por parte de un sector periodístico y de comunicación en la Región, obviando el resto de géneros y condenándolos al ostracismo. También el intento de la capitalización más hortera por parte de gente más empeñada en lucirse que en el propio amor y entendimiento de la música. Sin darnos cuentas se han cargado muchos festivales y propuestas de géneros diferentes al «indie”.
Lo mejor es que las cosas están cambiando y que viene mucha gente joven con ganas y pasión
También has sido alguien que ha apostado y se ha esforzado por dar visibilidad a propuestas que no suelen tener hueco en los medios o que a priori lo tienen más dificil para llegar al público, ¿Qué propuestas se están haciendo ahora mismo en Murcia que creas que merece la pena dar a conocer? (Sea lo que sea: música, arte, moda, colectivos…)
Murcia culturalmente es un vergel de artistas, la gente de fuera de aquí nos envidia. Tanto en música, arte, moda, diseño… Lo estamos petando. Algunos querían formalizar hace años con que un pequeño sector era la “Escena murciana”, voy más allá esto no es una escena, es un movimiento cultural y creativo que nace de la necesidad de escapar de aquí sea como que sea, y que sin darnos cuenta nos ha convertido en uno de los epicentros artísticos del país. Hay tantas propuestas y tantos planes ahora que me parece maravilloso.
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