C'Mon Murcia

El descaro se apoderó Murcia de la mano de Varry Brava

Llegó la hora. La prueba de fuego para Varry Brava, un grupo con carácter propio que se ha abierto las puertas del panorama musical gracias a una maqueta, Idolo,  y a unos directos llenos de fuerza. Una mezcla de sonidos con influencias varias aderezada con una estética llamativa y personal. Ahora es el turno de Demasié (2012), su primer LP producido por Raúl de Lara, productor habitual de Second, que ofrece un sonido mejorado en base pero que pierde fuerza con respecto al directo, aunque mantiene la esencia “Varry”.
Dos actuaciones en la sala 12 & Medio, con apenas 24 horas de diferencia, con el cartel de “entradas agotadas” para la primera y solo algunas sobrantes en la segunda, la banda liderada por Óscar Ferrer se enfrentó al reto de convencer al público de que lo suyo no es casualidad.

Desde el comienzo saltaron chispas, aunque tal vez el exceso de ganas o los nervios hizo que el principio de la inédita, que no desconocida, No te conozco sonara un poco titubeante para lo que nos tienen acostumbrados.  Nada que no se pudiera superar. Una vez metidos en su papel lo dieron todo sobre el escenario, con la ayuda de un cuidado setlist que hizo reseñables cada una de las canciones. La mayoría podrían reventar cualquier pista de baile desde  Despeinados, Ritual con ese fondo ochentero, la italiana Disco, Ibiza pasando por la versión de la Fiesta de los Maniquíes de Golpes Bajos que hicieron que el público no dejara de menearse de principio a fin.

Uno de los añadidos de la doble sesión fueron las colaboraciones. Belchí de Inkeys  acompañó en Pierdete, el cantante de Analogic
hizo con Templo con falsetes incluidos, Javi Vox aportó el sábado otra guitarra a Amantes de Fuego, sin duda la que más se aleja de lo que venían haciendo pero no extraña su presencia si tenemos en cuenta sus influencias, y como olvidar la fiesta festivalera que se montaron en el escenario Varry vs. The Leadings con remixes de No gires y Tu y yo a la Fiesta, una fiesta visual y sonora en toda regla que solo pudieron disfrutar los asistentes al primer concierto.

Mención aparte se merecen canciones como su primer single Calor (no sabemos si aquella noche lo hacía, pero el abanico se echó de menos en la sala) y el tridente formado No gires, Miedo y Radiactivo con la que cerraron, tres canciones que han sufrido modificaciones de la maqueta al LP y donde podemos notar la mano de su productor.

Varry Brava ya ha dado el golpe en la mesa. Ese paso que faltaba. Marcados por su carácter, descarado y hedonista, junto con la estética de la que hablábamos al principio  estaban jugando con un arma de doble filo que ha hecho que no sean pocos los que se plantearan  hasta que punto podían ser una apuesta viable dentro de la música y  que se preguntaran si  tenían fecha de caducidad, pero… Que no son “serios”, lo sabe todo el mundo. Que tienen ganas de pasárselo bien, lo demuestran y lo transmiten. Sólo que ahora son capaces de dar un concierto entero y completo, de principio a fin, con un sonido mucho más contundente mezclando sintetizadores, teclados y guitarras casi con maestría. Ya tienen ese plus que se les echaba en falta.

Hay que reconocerlo, han dejado de ser un grupo ‘telonero’ para tener su hueco por derecho propio. En menos de un año han pasado de dar conciertos con apenas cien personas a tocar en grandes festivales y a llenar salas. Será que tienen estrella o más trabajo del que en realidad cuentan, pero al público se lo tienen ganado y en definitiva eso es lo que cuenta.

María Ayuso 

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