«La historia del Señor Sommer», de Patrick Süskind, autor de «El Perfume». Una corta novela ilustrada por Jean-Jacques Sempé donde se narran varias peripecias duante la infancia del protagonista (del cual desconocemos su nombre) y en las cuales siempre aparece, de una forma u otra, el misterioso Señor Sommer, un señor que, haga sol o llueva, sea Pascua o Navidad; sale de su casa ataviado con su bastón y una bufanda para caminar, y no regresa a su hogar hasta la noche. Acompañaremos al protagonista en su propio crecimiento interior y en el descubrimiento del mundo que lo rodea, con la sombra del Señor Sommer asomando siempre en el horizonte. Es un libro de lectura fácil y ligera, que me trae muchos recuerdos de mi propia infancia; la suerte es que es uno de esos libros en los que la edad del lector no importa; siempre te descubren algo nuevo.
Libertad Sahakiel
«On the Road» de Jack Kerouac. Si tienes prejuicios no leas este libro, ni te molestes en seguir leyendo estas líneas, aunque quizá sea este el revulsivo que te haga cambiar. «On the Road» no es un libro al uso, es el retrato fiel de una generación desinhibida, un manifiesto de contracultura, un frenético viaje por la Norteamérica profunda en el que se combinan Cadillacs, drogas, sexo y jazz. Recomiendo «On the Road» como primer contacto con este autor, pero sobre todo recomiendo a Jack Kerouac, porque sin él no existiría Bob Dylan y probablemente tampoco existiría yo. «On the Road», si fuera música, sonaría tal que así.
Santiago Ros
“Brooklyn Follies” de Paul Auster. “Estaba buscando un lugar tranquilo para morir. Alguien me recomendó Brooklyn”, así comienza la historia de Nathan Glass, un sesentón recién divorciado que decide recuperarse de una terrible enfermedad en un apartamento del distrito neoyorquino de Brooklyn. En ella, Paul Auster retrata con ternura unos personajes de alguna manera fracasados, que formarán parte de este peculiar retiro espiritual plagado de reencuentros, conversaciones infinitas, situaciones inverosímiles y divertidas aventuras que devolverán al tío Nat las ganas de vivir. Esta novela contiene todos los ingredientes de una película de Woody Allen, si fuera llevada al cine el neoyorquino sería el mejor candidato para ello. Por eso, Brooklyn Fallies sonaría bien con cualquiera de sus bandas sonoras.
Cynthia Patricio
«A bordo del naufragio» de Alberto Olmos. «Estás harto de leer: Sin embargo, no puedes dejar de hacerlo. Es una droga más; pero por lo menos tienes la sensación de no estar haciendo rico a un cabrón colombiano que habita un palacete con grifos de oro”. Cuando abres al azar “A bordo del naufragio” del letraherido Alberto Olmos y te encuentras frases como esta, sabes, a ciencia cierta, que se trata de un libro que no puedes dejar de leer. Finalista del Premio Herralde, el año en que “Los detectives salvajes” de Bolaño se alzó con el galardón, la novela nos sumerge en el naufragio inevitable de un joven de provincias afincado en Madrid que ha desistido ya de todo y que nos regala su sincerísima aunque hiriente voz llena de realidad, de vacío, de dolor y de soledad. Una soledad que no dejará de sonar en tu cabeza por más que cierres el libro, una voz que, por momentos, creerás solo tuya.
Araceli Muñoz
“Tokio Blues” de Haruki Murakami. Watanabe, narrador y protagonista de la obra, escucha «Norwegian Wood» de los Beatles y un sinfin de recuerdos y sentimientos le abordan. Así comienza Tokio Blues y esos recuerdos y sentimientos son los que forman la novela. Recuerdo empezar a leerla sin saber nada de ella. La había oído mencionar alguna que otra vez pero nada más. Conforme pasaban las páginas todo lo que en un principio parecía carecer de sentido va cobrándolo al mismo tiempo que un tono de tristeza y nostalgia va llenándolo todo… y es imposible no dejarse caer. Dejar de ser un crío para convertirse en un hombre, sentir el peso de toda la existencia de la humanidad sobre los hombros, querer escapar, desear “ser aplastado por toneladas de cariño”.
Sergio Mercader
«El Jilguero» de Dona Tartt. Premio Pulitzer 2014, tercera novela de la autora de El Secreto y auténtico bestseller en Inglaterra y los Estados Unidos. Novela río deudora de Charles Dickens con ecos de Capote y Kerouac combinados con el frenesí lisérgico de las últimas series de televisión. La gran novela del siglo XXI dicen.
Jose Manuel Sala
«Un radiador a l’Àfrica», de Célia Sanz Dotú. Un libro sobre mujeres valientes que deciden dejarlo todo por un sueño solidario, donde se nos narran historias de europeas en Costa de Marfil en formato «mail», ya que el libro es la recopilación de las cartas internáuticas (escritas muchas en catalán y otras en castellano) entre Célia y el mundo que la rodea en ése momento. A través de sus múltiples experiencias, comienza a conformarse el proyecto n’klôwô (@nklowo_ ) con el fin de generar un comercio justo en los injustos tiempos que corren.
Libertad Sahakiel
«Sin noticias de Gurb». Escrita por Eduardo Mendoza con un humor satírico y absurdo, en esta novela marciana seguiremos el día a día de dos extraterrestres en su primera visita a la tierra adoptando la forma humana al azar. Gurb ha desaparecido con la forma de Marta Sánchez por la ciudad condal. Imprescindible novela para los amantes de la sátira, corta y ágil y de leer.
Miguel Muñoz
«Ajedrez para un detective novato» de Juan Soto Ivars. Si lo que quieres es hundirte en un océano de humor del bueno, del inteligente, del estratosférico, cargado de ironía (nada fina en muchos de los casos) tienes que ponerte a jugar al ajedrez con Juan Soto Ivars. Los vecinos oirán tus carcajadas y pensarán que estás viendo algún monólogo en YouTube. Pero no, estarás leyendo “Ajedrez para un detective novato”, una suerte de novela negra disparatada donde la cruda realidad de nuestros días se convierte en el blanco perfecto para apuntar con la vieja arma de la literatura. Con un estilo único y personalísimo, atrevido y arrebatador, este escritor murciano ha ganado la partida de ajedrez esta vez, ¿te atreves a ser su contrincante ahora?
Araceli Muñoz
«Azul casi transparente» de Ryu Murakami. No confundir con una novela de Haruki Murakami; aquí se respiran el nihilismo, la violencia, y el erotismo salvaje de autores como Bret Easton Ellis. Algo así como el «Menos que cero» nipón, o al menos, una novela igual de seminal con una atmósfera dura y surrealista, pero irrepetible.
Daniel Sánchez
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