Fue una mañana de gigantes. La figura del pintor Antonio López buscando la luz que golpea al membrillo de la mano de Victor Erice. Luis Buñuel invocando las pantallas en la noche del jueves universitario. Pero llegó “Mapa” al IBAFF, deslumbrante en la sala A, dispuesta enseñar el futuro (y presente) del cine español a Murcia. Todo cambió al instante. Flamantes voluntarias distribuyendo al personal despistado. Aforo sin asientos vacíos. Las luces se apagaron puntuales y el corto Voice Over se presentó como un simpático anticipo recompensado por aplausos, pero lo mejor de esta cuarta jornada del IBAFF estaba por empezar.
Si este festival perdura en el tiempo, será por película como “Mapa”, productos donde la barrera entre la ficción y realidad apenas importa, donde la forma cobra su (relevante) sentido y la comunión entre lo personal y lo público se funde en un ejercicio de narración pura. Un devorador de imágenes inicia un viaje a la India que acaba transformado en una tortuosa (pero entretenidísima) terapia sobre la ruptura de amor que lo persigue. Ese ritual del olvido (con ecos del “Olvídate de mí” de Michael Gondry y “El ladrón de orquídeas” de Spike Jonke) fue una de las mejores hipnosis entre el público y la pantalla que ha dado el cine español en años. Un ejercicio sumamente didáctico, rompedor, en definitiva, purísimo, gran cine.
Claro está, el mayor error que puede cometer el espectador habitual es considerar el primer largo de León Siminiani como una anomalía en un sistema dominado por gigantes algo caducos (Almodóvar, nos vemos mañana). Fue el propio realizador quien al acabar la película recordaba películas como “Diamond Flash” y tantas otras que presentan una nueva realidad en el panorama español: realizadores valientes que ofrecen productos entretenidos y son reconocidos plenamente en festivales nacionales y extranjeros y ahora en la noche murciana. “Mapa” recibirá algún premio este sábado. Mañana veremos cómo nos sorprende Jaime Rosales.
Jose Manuel Sala Diaz
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