Septiembre es sin duda mi mes favorito del año porque es como si volviéramos a celebrar el año nuevo y tenemos una nueva oportunidad para hacer propósitos, o lo que es lo mismo, clases de pilates a las que nunca iré. También vuelven las lentejas, abren la filmoteca y las páginas del Vogue anuncian las nuevas colecciones otoño-invierno. Yo no soy mucho de seguir las tendencias porque soy muy mía y me da miedo que todo el mundo de la noche a la mañana empiece a llevar lo mismo como si fuera un plan secreto de los reptilianos. No hay otra forma de explicar la vuelta de los collares esos de plástico pegados al cuello que no sea a través de una fuerza superior en forma de tortuga. Pero este año confieso que me declaro fan absoluta de la moda que está por venir: el geek-chic. Sabría que algún día lo conseguiríamos.
En esta nueva temporada las firmas más importantes parecen haberse puesto de acuerdo para homenajear la estética indie-nerd del director de cine Wes Anderson. Las bandas de tenis de Richie Tenebaum, los tonos pastel que colorean el Grand Hotel Budapest y chicas con look de bibliotecarias que han leído tantos libros como la pequeña Suzy de Moonrise Kingdom, han saltado de las pantallas a las pasarelas más importantes para envolvernos de un aire retro y naíf. Para Anderson, conocido por su estilo prográmatico y un impecable diseño de producción, la moda es uno de los elementos claves de sus películas, llegando incluso a colaborar con marcas como Prada o Fendi. Pero la importancia en sus elecciones de vestuario van más allá de una búsqueda de la perfección formal. Las prendas de ropa que visten sus personajes guardan otro objetivo: ‘mostrar quiénes somos’. En la filmografía de Anderson la moda es una forma de exteriorizar nuestra personalidad y nuestros sentimientos, porque de alguna manera somos lo que llevamos. Excéntricos, excesivos, sentimentales o de otra época, así son los uniformes que visten los personajes de Anderson porque así son los héroes de su universo: nostálgicos y perdedores, pero profundamente sinceros.
En esta ciudad nunca hará el frío suficiente para poder pasear por la la Gran Vía con un abrigo de pelo. Sintético, ecológico, o de piel de oso de peluche. Las murcianas tendremos que esperar a la ciclogénesis explosiva para poder ser Margot Tenenbaum, aunque sea solo por un día.
Abrigo Zara
Camisa Mango
Falda Orla Kiely
Mochila Zara Kids
2 Comments
Muy buen post 😉
Muchas gracias, Alejandra! Me alegra que te haya gustado 🙂