Por lo general el título lo pongo yo, pero estas palabras de Raúl Frutos me ahorraron exprimirme los sesos. La Fnac es sinónimo de modernismo/moderneo/gafapasteo y ayer se les coló lo más moderno de lo más viejo. Crudo Pimento recicla sonidos primitivos que aún no han sido corregidos por la cátedra y además los toca con instrumentos reinventados que generan un sonido tan único como extravagante. Black Metal en España es sinónimo de marginación, pero si lo adecentas con una camisa sin mangas y sabor a habano lo que te queda es el destierro. Gracias a Satanás Murcia está abriendo una brecha hacia el tártaro latinoamericano. Allí, quizá, el sabor latino se deje quemar tanto por las llamas del infierno católico que quede poco de él y en su mayoría el sonido de Crudo Pimento sepa a carne muerta.
Verso suelto de la región sin vergüenza a mostrar quienes son. Tan contundentes como aterradores conducen un espectáculo que te revienta en la cara, pero del que a veces se apodera la discontinuidad. Raúl Frutos lucha por hacerlo casi todo él solo y le faltan dos manos. Inma aguanta un ritmo constante que no deja lugar a fallos. La seriedad de Raúl y su autosuficiencia astillan uno de los conciertos más estremecedores que se puedan ver en esta tierra de sol que durante media hora empalidece entre guturales no a satán, sino al primitivo y salvaje ser humano.
No iba a escribir, pero mi compañero Diego Montana me convenció para que acompañara sus fotos con un pequeño texto. Aquí os dejamos una muestra.
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No conocía a este grupo y la verdad es que estoy gratamente sorprendido, escucharé más de ellos. Eso sí, más que por el black metal, lo que están es descaradamente influenciado por Tom Waits.