Que la nueva película de los directores de Matrix apenas haya recibido la atención que se merece en nuestro país dice mucho de cómo va la industria del cine en líneas generales; que ni siquiera se conozca por estos lares la bellísima prosa de David Mitchell, autor de la novela que adaptan los hermanos Wachowski, tampoco deja en muy buen lugar las editoriales españolas. Pero sobre todo, que el día que una película se estrena en BluRay en el otro extremo del globo aparezca en cines españoles es un claro error de cómo no intentar evitar la piratería. ¿O no? ¿Tiene sentido que una epopeya fantástica con ecos de 2001: Una Odisea en el espacio y atiborrada de esteroides digitales llegue a nuestros cines pasado tanto tiempo? ¿Es interesante este tipo de cine? ¿Queremos que lo siga siendo?
Mi consejo: vayan a verla.
Con dos años de retraso llega esta desgarradora historia de un desamor, trabajo sensacional de Ryan Gosling y una Michelle Williams que debería haber ganado el Oscar. Turbadora disección sobre las relaciones de pareja, radiografía de una destrucción inevitable, la película que no deberías ver con la novio/a. Si el Atlas de las Nubes puede llamar la atención del espectador medio gracias a su reparto de estrellas, ¿qué recaudación sacará una película independiente como esta en los cines de España? ¿Su exhibición hará perder o ganar dinero? ¿El fracaso en taquilla condicionará que se atrevan a traer a los cines películas ligeramente alternativas? ¿Se puede hablar de cine independiente hoy en día?
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