Black Mirror tiene algo que no tiene casi ninguna otra serie de éxito actual, un creador inglés, lo que se traduce en una espectacular mezcla de la versión más británica del humor y la crítica social. Concretamente, hablo de Charlie Brooker, ex crítico de The Guardian.
Él mismo ha definido esta tercera temporada como un «deliciosamente horrible «y sí…» constante», y es que Brooker ha decidido darle una vuelta de tuerca más a la ficción. Ha convertido uno de los elementos más destacados de la serie, la no continuidad entre cada capítulo, en un elemento más del propio drama -gracias a la incorporación de guionistas invitados en cada capítulo-.
Así, Brooker nos encamina capítulo a capítulo, con aún más énfasis que en las temporadas anteriores, a reflexionar sobre la sociedad que nos espera en el futuro, pero, sobre todo, a reflexionar sobre la que estamos creando en la actualidad.
#NoSpoiler ¿Qué esperar de la 3ª temporada de Black Mirror?
Caída en picado – capítulo 1
Puro postureo. El primer y mejor reflejo de la sociedad actual y a lo que se encamina. Y sobre todo, el ejemplo más claro y crudo de una caída en picado. El capítulo más encajable dentro del universo BM, aunque no por ello menos interesante. Durante 60 minutos tendrás una pregunta en mente: ¿decides tú sobre tu vida o lo hace la sociedad?
Playtesting – capítulo 2
Para mí, el mejor capítulo de la serie, aunque para ello tienes que tener estómago. Es difícil de digerir, y aún más difícil de vender sin caer en spoilers. Dan Trachtenberg dirige y se gusta, encuadres y planos que conforme avanza el episodio dejan de cuadrarnos y que, tanto por la historia como por la fotografía, acaban dejándonos a cuadros. Explora los límites de la mente.
Cállate y baila – capítulo 3
Tan real como difícil de creer. Cruce de historias que, sin que probablemente nos identifiquemos, sentimos muy muy cercanas. Mandíbula desencajada desde los primeros minutos, que presentan una historia corriente y como, algo muy simple y supuestamente privado, puede cambiar tu vida y la de tus relativos.
San Junípero – capítulo 4
Si ves la temporada del tirón, este es el momento cumbre de Black Mirror. Redondo de principio a fin. La primera escena te deja completamente fuera del universo Black Mirror, pero al final hay explicación, claro, y es que este capítulo enamora más por la propia historia que por el resto de elementos. Me voy a arriesgar con un minispoiler temático en forma de pregunta para los que no lo han visto aún: ¿Cómo se contemplará la muerte en el futuro?
La ciencia de matar – capítulo 5
Tecnología, la mayor aliada y a la vez el mayor enemigo del hombre. Dilema moral muy Mátrix. Mejor idea que ejecución. Probablemente, el capítulo más flojo de la temporada, y no por falta de carga emocional.
Odio nacional – capítulo 6
Se acumula todo lo mencionado anteriormente: director inglés con paranoia típica británica, sociedad futura, gadgets futuristas, control, moral… el cóctel perfecto de Black Mirror que solo echa en falta a Waldo para ser un capitulo coral de todas las temáticas tratadas por Charlie Brooker, que acaba llevando el dilema ético por excelencia de Reino Unido a los televisores de todo el mundo.
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