Tras descansar y poner en orden todas las sensaciones vividas durante la 19º edición del Viña Rock, aquí está nuestro resumen del festival.
Esta 19ª edición del festival de arte-nativo Viña Rock contaba con varias novedades, entre las que se encontraban un nuevo escenario orientado a la música Reggae; el Escenario Negrita Reggae, un nuevo patrocinador que provocó que los escenarios principales cambiaran de nombre; Ron Negrita y un nuevo espacio en el que se realizó la primera feria del grow; el Viña Grow, que resultó ser un éxito absoluto, con una gran afluencia de público durante los tres días que duró el festival. Otra de las novedades fue la emisión en Streaming de algunos de los principales conciertos del festival, hecho que se pretende continuar en la próxima edición.
Una vez comentadas las novedades, nos centramos en la esencia del Viña Rock: la música.
Por segundo año consecutivo, el festival quiso dar la bienvenida a los viñarockeros con el Red Bull Tour Bus, un escenario montado sobre un camión ambulante de Red Bull. El pistoletazo de salida lo dieron los barceloneses Itaca Band, que con sus ritmos alegres y fiesteros hicieron las delicias de todos los asistentes. Tras ellos, salieron al escenario los vitorianos Betagarri, los alicantinos Banda Jachís y los madrileños Envidia Kotxina, que congregaron el mayor número de asistentes de la noche presentando su último disco Kontratiempos. La nota negativa de la noche la pusieron los madrileños Gomad! & Monster, que tras tener a la gente más de cuarenta minutos esperando salieron para anunciar que por problemas técnicos no actuarían, llevándose un sonoro abucheo por parte de un público notablemente molesto.
Tras pasar la primera noche en Villarrobledo, el jueves empezaba el verdadero festival. Los primeros en romper el hielo fueron Punto & Final en el Escenario Negrita, Mas Death Machine en el Escenario Doogee y Los chicos de la lluvia en el Escenario Canna. Tras ellos subieron a los escenarios grupos como Sínkope, Ciclonautas, Ktulu o Kaótiko, que pese a tocar a una hora temprana (19:30) congregaron a una gran cantidad de público que vibró con el punk-rock característico de la banda y cantó canciones como Rico deprimido u Otra noche. Tras ellos, llegó el turno del grupo de HxC madrileño Habeas Corpus, que como viene siendo habitual derrochó energía y fuerza sobre el Escenario Doogee, alternando canciones de su último trabajo con clásicos como Mano de hierro, guante de seda, Perdimos la ocasión o Cada vez más odio. Simultáneamente, El Santo y Tosko hacían las delicias de los amantes del rap en el Escenario Canna. A las doce, la gente pudo decidir entre el rock de los incansables Reincidentes que cantaron temas clásicos de su repertorio como Huracán o Jartos D’aguantar o desplazarse hasta el escenario Negrita Reggae Viña Clon para relajarse escuchando a Morodo y sus temas reggaes. Sin embargo, el plato fuerte de la jornada llegaría a la una y media, cuando La Pegatina entraba en escena en el Escenario Negrita. Y no era para menos, ya que consiguieron que la gente bailara y cantara temas como Olivia, Maricarmen, Lloverá y lloveré o Non è facile durante la hora y cuarto que duró su show, en el que no faltaron el confeti y los juegos de luces. La jornada terminó con los granadinos Eskorzo en el Escenario Negrita y el rapero madrileño Rayden en el Escenario Canna.
La jornada del viernes comenzó con la fuerza que Rat-Zinger desplegó en el Escenario Doogee. Tras ellos, el zaragozano Sharif deleitó a los presentes en el Escenario Canna con sus poesías en forma de rap. A las siete y media llegó el momento de Segismundo Toxicómano, que presentó su último LP, titulado En este infierno. Como es habitual en ellos levantaron el polvo del Escenario Poliakov con canciones como Odio, Perros, Gaupasa o Las Drogas. Tras ellos llegó el turno de los Trashtucada y su fiesta constante. A las nueve y media el incombustible Rosendo salió guitarra en mano al Escenario Poliakov, llenando de rock el festival. Justo después, en el Escenario Canna, llegaba el momento de Mala Rodríguez, que levantó al público con temas de su último disco Bruja como 33, La rata, Hazme Eso, Quien Manda, sin olvidar temas clásicos como Por la Noche. Además tenía guardada una colaboración con el madrileño Iván Nieto, cantando por primera vez en directo el tema No saben leer. Mientras, los Bongo Botrako grababan su directo en un Escenario Negrita a rebosar, con un público entregado cantando Revoltosa o Todos los días sale el sol. Justo cuando terminaban los Bongo, Gatillazo empezaba su concierto en el Escenario Poliakov, liderados por el siempre carismático Evaristo, y haciendo disfrutar a los más Punks del lugar. A la una y media comenzaba en el Escenario Canna el show de los raperos londinenses Foreign Beggars, que consiguieron que nadie dejara de botar durante todo el concierto con sus ritmos dubsteb, además de atreverse a decir algunas palabras en castellano. Cerca de la tres de la madrugada llegaba el turno de Boikot, que además de cantar sus temas habituales como pueden ser Inés, Bajo el suelo, Tierra Quemada, Korsakov o Bubamara sorprendió a los presentes con un popurrí en el que mezclaron temas como Kualkier Día (Piperrak), Vicio (Reincidentes) o Todos los días sale el sol. Además, en ese momento del concierto salió al escenario el cantante de Bongo Botrako, que no dudó en unirse a la fiesta. Cerraron esta segunda jornada de festival Talco en el Escenario Negrita y los raperos Duo Kie en el Escenario Canna.
Y así llegábamos al sábado, último día del festival. Cabe destacar que el tiempo no pudo ser mejor en Villarrobledo durante los tres días, con un sol que no dejaba de lucir durante el día y unas temperaturas agradables durante la noche para lo que es habitual en tierras albaceteñas. Así pues, a las cinco y media y con un sol de justicia pudimos disfrutar del guarrocanrol de Los de marras en el Escenario Poliakov. Durante casi una hora tocaron temas de todos sus discos, entre los que podemos encontrar Diosa de la noche, Es delito, Revolución, Hierbabuena, Sexo en la calle o Luiselena. También tocaron Ruido, un tema del que será su próximo disco, para cerrar el concierto con Malabares. Tras ellos, pudimos elegir entre el flamenco-fusión de Miguel Campello en el Escenario Negrita o las letras siempre ácidas de El Reno Renardo en el Escenario Doogee. A las ocho y media llegaría uno de los platos fuertes de la jornada, la banda de moda de este año; La Raíz. Con su fuerza y buen rollo habitual hicieron que el público vibrara con temas como Jilgueros, A la sombra de la sierra, Llueve en Semana Santa o Donde duerme el Chamán, canción que contó con la colaboración en el escenario de Toni, de Los chikos del Maíz. La anécdota del concierto se produjo cuando una de las vallas que separaba al público del escenario cedió, provocando un momento de desconcierto y haciendo que todos los miembros de seguridad de los escenarios tuvieran que estar todo el concierto sujetando la valla en cuestión para que no se produjera una avalancha. Justo al terminar este concierto, le llegaba el turno a La fuga en el Escenario Poliakov. Por su parte, en el Escenario Doogee comenzaba el directo de los sevillanos Narco, que como es habitual derrocharon energía y fuerza sobre el escenario con temas como Ambiente Cadáver, Puta policía, Son ellos o Dame Veneno, además de incorporar temas de su último disco de versiones como Cerebros Destruidos, de Eskorbuto. Y una vez acabado el concierto de Narco llegaban los platos fuertes de la jornada; por un lado pudimos ver a Soziedad Alkoholika dando brea en el escenario Poliakov. Como es habitual en ellos, desplegaron un sonido brutal para interpretar temas como Palomas y buitres, Niebla de guerra, Piedra contra tijera, Ratas, Motxalo o Nos vimos en Berlín. Por otra parte, si preferias un poco de buen reggae podías irte al Escenario Negrita Reggae Viña Clon, donde actuaba el alemán Gentleman & the evolution. Y justo cuando estos dos grupos terminaron sus actuaciones llegaba el momento de ver juntos de nuevo a Violadores del Verso. Con un Escenario Canna más que rebosado (no cabía ni un alma), Kase O., Sho Hai, Lírico y R de Rumba se volvían a reunir tras unos años de parón en la península para dar un show memorable, con pocas interrupciones y plagado de clásicos como Vivir para contarlo, Vicios y virtudes o Pura droga sin cortar, haciendo que todos los presentes disfrutaran del directo. Para nosotros, el festival acabó en el Escenario Canna, donde los madrileños Dremen hicieron que, pese a ser cerca de las cuatro de la madrugada, todo el público que llenaba el escenario dejara allí sus últimas energías saltando y moviéndose al ritmo de temas como Mi coño, tu útero, Iremos por ti o Bon Dem.
Y hasta aquí nuestra experiencia en esta edición del Viña Rock. Habrá que esperar para ver que sorpresas nos depara el año que viene, que sin duda será especial ya que no todos los días se cumplen 20 ediciones.
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