C'Mon Murcia

Así vivimos el Leyendas del Rock: Viernes

   El sol hacía mella en el sueño muy temprano, tan temprano que aún no se había pasado la resaca de la noche anterior. Y es que si duermes en pleno Agosto en una tienda de campaña situada en un paraje desértico, lo más probable es que no te despiertes más allá de las 10 de la mañana.

Un de las ventajas que tenía este Leyendas es que no habría conciertos por la mañana, nos evitábamos posibles lipotimias por el calor. Ese tiempo lo aprovechamos en construir un refugio con lona y cuatro cañas de bambú, estructura que nos podía permitir sobrevivir e incluso convalidarnos la carrera de Arquitectura. Después de comer y descansar, tocaba más y más buena música, y aunque todavía la sombra no llegaba ni a la mitad del campo, bastante gente se asomó a escuchar a los que abrían ese viernes 9 en el Leyendas del Rock.

Después de 9 años de ausencia, desde aquel Rock Arena de 2004, Ankhara reapareció y pisando fuerte. Han sacado del armario su power metal progresivo y dieron una lección magistral; no sonando flojo en ningún momento. Siguen en forma y mereció la pena verlos. 3:40, No Digas Nunca, Hasta el fin…, canciones que volvieron a sonar fortaleciendo el Metal español que se estaba escuchando durante todo el Festival. A continuación, DarkSun sustituiría a Nashville Pussy (que tocarían a las 21:00 en el escenario Mark Reale) debido a que estos habían tenido un retraso en el vuelo que les llevaría al Altet.

   DarkSun, la banda asturiana de power metal dirigida por Dani González, defraudó un poco, ya que tanto el cantante, como el resto de la banda, no estuvieron al nivel. La voz de Dani sonó poco, canciones vacías y apenas se notaba la esencia del Metal que se crea en el Norte de España. No están maduros para festivales como el Leyendas.

Y sin más dilación, llegó él, llegó la Bestia al escenario del Leyendas del Rock. Prometió que sería un concierto épico…, y lo fue. Leo Jiménez no defraudó en ningún momento, su increíble registro vocal y sus agudos afilados relucieron en cada canción que nos tocaba él y su banda. Menos mal que no firmó ese contrato millonario para ser la voz de Mago de Öz, porque hubiese perdido lo que en el Leyendas estaba presente: su público…, sus fieles seguidores. Desde que lo escuché en su concierto en Murcia no he dejado de pensar que este hombre tiene metal para rato. Desde su particular Death Metal, mezclado con Power e influencias notables del Hard Rock y otros estilos, su último disco Animal Solitario y Títere con cabeza, fue lo que más se escuchó con canciones como Bebe de Él, Tu destino, Misantropía…, que sonaron con más intensidad y nervio que en otras actuaciones, no le faltaron ganas a Leo. La versión de Sad But True fue magnífica y las viejas canciones de Stravaganzza, Impotencia y No Hay Más Canciones Para Ti, dejó de lado la melancolía de su antiguo grupo para darle más garra con Mero Mero Cuernos de Chivo como segunda voz, el cual nada más entrar sacó de su garganta el gutural agudo más escalofriante e increíble que he oído en mucho tiempo. La sorpresa vino de mano de la versión Hijo de la Luna  que hizo con Stravaganzza (nadie duda que volverán), su letra fue sin duda cantada por todos, algo muy esperado y que fue la cumbre de la actuación. El concierto finalizó con una dedicatoria para Saratoga con Resurrección, como en el de Murcia. Leo demostró sin duda que tiene rugidos para rato.

Hace dos años fue Epica y este año Doro, la milf del Rock, quien representó a las voces femeninas en el Leyendas del Rock. Su concierto fue algo pasable, divertido y con una gran versión de los Judas Priest con Breaking The Law. No le quitamos mérito, supo animar desde el primer momento y hasta que los técnicos le cortaron el micro. Buen Power Metal que supo llevar con elegancia en el concierto.

   Y a la carrera que nos fuimos para el escenario Mark Reale porque Nashville Pussy tocaba y no había que perdérselo. El Rock americano por excelencia, el duro de roer, el que nace del nervio de las guitarras más rockeras. Escenario pequeño o no, ellos hicieron el concierto ya de por si grande.

Y a partir de ese momento comenzaban a desfilar las estrellas, esas que siempre veremos en los carteles de los festivales internaciones en lo más alto (como el Wacken). Y empezaron con Sabaton, grupo de Power Metal sueco que trajo un concierto con una música muy compacta, cerrada y poco atrevida. Pero la melodía de sus canciones les salvó, es lo que tiene la música escandinava, siempre triunfa. Riffs contundentes (no destacó los solos), firmes, y un teclado que hizo de las canciones verdaderas glorias. Gosth Division, Primo Victoria o 40 1 hicieron mover a un público encantado con ellos, muy melódicas.

Si hablásemos de Thrash Metal, sin duda me quedaría antes con Kreator que con Testament. En mi opinión, Testament ofreció un concierto flojo no falto de calidad. Salió con retraso porque las pruebas de sonido al parecer tenían que alargarse si o si (pasó con todos los grupos europeos), sino no se podrían considerar importantes. Nunca me ha gustado su mezcla entre el Death y el Thrash y por eso quizá no me convenció, pero dieron un directo potente, con garra e intenso. Quizá la pifia del Festival, algo a mi parecer imperdonable, vino con Kreator. Fallo técnico en mitad de una canción que dejó sin sonido al grupo y al público sin media hora de música. Subsanado el error, el grupo alemán dio un conciertazo más que contundente, igual o más que en 2008 cuando pasaron por primera vez por estas tierras. Mille Petrozza, voz ya demasiado cascada, demostró que el grupo aún tienen cuerda para rato con un Thrash Metal muy rico en guitarras y ritmos. Death to the World fue la mejor con diferencia para muchos. Pero siendo sinceros, siempre me faltará Angelus Apatrida para rematar el Festival.

   Venom…, el cabeza de cartel…, la estrella del viernes noche…. Grandísima expectación para verlos, campo abarrotado para escuchar el mejor Metal europeo que iba a pasar por el Leyendas. Desde que empezaron con Black Metal se pudo comprobar que sus directos no tienen nada que ver con las grabaciones de sus discos, no son comparables. Sobre un escenario es cuando de verdad se escucha esa magnífica mezcla de Black Metal con Death y Thrash. Fallen Angels, Straight to Hell, Hammerhead…, todas ellas salieron de la profunda y rugosa voz de Conrad Lant, realizando un gran trabajo como bajista; y de la guitarra de Stuart Dixon, genio de las seis cuerdas.

Después de todo esto, aún quedaba un día más que disfrutar…

 Alberto Sánchez de la Peña
Foto I / II / III / IV

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