Los teatros son de ese tipo de lugares que tienen la mágica virtud de transformarse según la ocasión. Y esta vez, que es la segunda que Els Joglars visitaba el Teatro Circo de Murcia, pasó ser un paritorio, una placenta, un gimnasio, un cole, un patio de recreo… un templo. La escenografía es uno de los puntos fuertes. Hay una cortina de plásticos, que podría ser parte de una zona aislada de un hospital, aunque también de un matadero, hace de la pared del escenario. En el centro, una plataforma circular, plana y ligeramente inclinada ocupa el centro. A ambos lados dos grandes timbales. Entonces, como si fuera una competición entre un electrocardiograma y un pulso humano, a modo de un ceremonial canon, o algo parecido, Pilar Sáenz, Dolors Tuneu, Xavi Sais y Xevi Vilá presentan la última obra juglar: VIP.
“Va a ser el niño más adorado del mundo, vamos a vivir sólo para él”
Esto es lo que dice el padre de la criatura cuando aún esta es un gran bebé de ojos saltones. Parece una expresión inocente, pero la verdad es que es terrorífica. Porque es cierta.
Los protagonistas son pareja moderna de padres (Xavi Sais y Dolors Tuneu) que desea criar a su pequeño en un entorno de igualdad, tolerancia y mucho, mucho cariño. Y por supuesto, no quieren que a su bebé, Lucas (Ramón Fontseré), le falte de nada. Pero a estos dos papás se les ha ido de las manos. Parafraseando al mismo Ramón Fontseré, ¿no estarán abonando la semilla de un pequeño monstruo con tanto mimo y capricho? Efectivamente, el pequeño Lucas se va a convertir en un mini tirano, en una Very Important Person, que requiere atención especial y se le consiente todo: no quiere los típicos bocadillos de Nocilla para merendar, junto a sus amigos juega a videojuegos violentos, torean al profesor, tienen un smartphone… y siempre hay que hacer lo que él y sus amigos quieran. Sus padres, al final acabarán desviviéndose por él y pondrán a su pequeño emperador en un pedestal.
VIP es la segunda pieza que dirige Ramón Fonstseré, una vez más con Martina Cabanas, en Els Joglars, después de que Albert Boadella dejara de estar al frente de la compañía catalana, aunque que mantiene la esencia juglar tan característica capaz de retratar los dramas humanos desde el humor más ácido a través del diálogo y la construcción de pintorescos personajes. El elenco es el mismo que su obra anterior, El Coloquio de los Perros, compuesto por Ramón Fontseré, Dolors Tuneu, Xavi Sais, Pilar Sáez y Xevi Vila. Cinco actores encarnan de nuevo a un sinfín de personajes en menos de una hora y media. Y por otro lado, el conjunto escenográfico y la banda sonora, que suelen ser uno de los puntos fuerte de la compañía, también vuelve a ser una muestra del gran trabajo del equipo escénico juglar.
En esta obra Els Joglars no pretenden dar lecciones al espectador de cómo se deben criar a los niños de ahora o cómo deben actuar los padres ante la situación de que tenga a un pequeño dictador en casa, sino que se ríen con él y dejan constancia de una realidad educativa que nos afecta a todos.
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