Yo ya conocía algunos temas de Pink Floyd gracias a mi padre que tiene como banda sonora de su coche la música del pionero grupo de rock psicodélico; sin embargo, jamás imaginé que disfrutaría tanto escuchando en vivo esas canciones, entonadas no por sus autores, sino por unos músicos que se unieron hace unos 11 años con la firme convicción de inmortalizar esos tesoros de la humanidad.
El grupo Pink Tones regresó el pasado 7 de marzo a El Batel (Cartagena) y, como en la anterior ocasión, volvió a ofrecer lo mejor de sí y lo mejor de la banda londinense. Los todavía acérrimos seguidores del desaparecido quinteto quedaron maravillados con la magnífica actuación de los descendientes, quienes realizaron un extenso recorrido por la discografía de sus “maestros” (como así los llamaron al final de la noche), en el que no faltaron temas tan conocidos por todos como “Wish you were here”, “Money”, “Time” o “Shine on you crazy diamond”.
La banda española dio un espectáculo muy respetuoso y conservando siempre el espíritu de la música original para que los fans no echaran nada en falta. Tanto es así que, en su intención de ser fieles a los sonidos de los Pink Floyd, no quisieron prescindir de la utilización del Theremin (instrumento musical que tiene forma de caja con dos antenas y que se ejecuta acercando y alejando la mano de cada una de las antenas correspondientes, sin llegar a tocarlas) ni de un increíble coro de voces femeninas que aportaban los agudos.
El espectáculo no fue solo musical, sino también de color por la extraordinaria ambientación escénica que habían preparado para el público. Proyectaron vídeos durante el concierto, sorprendieron con rayos láser que partían de detrás del escenario y hasta un muñeco hinchable bastante tétrico hizo una aparición estelar hacia el final de la función.
Después de más de tres horas de concierto, de una actuación sin descansos y de un público que se levantó en repetidas ocasiones para felicitar el fantástico tributo, llegaba a su fin un concierto para no olvidar. Y fue entonces cuando los miembros del grupo se presentaron uno a uno y agradecieron los eternos aplausos con los que a lo largo de la noche los espectadores les habían obsequiado.
Con el buen sabor de boca que dejó el grupo tras el espectáculo, estoy completamente segura de que a más de uno le hubiese gustado quedarse una hora más… Pink Tones, ¡volved pronto!
Fotografías de Pablo SG. Podéis ver la galería completa aquí
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