En 2004 Quentin Tarantino usó la figura de Superman en la (aún incomprendida) Kill Bill para (re)definir el pilar por la cual se regía todo su filmografía. Diez años después (ups) una escena de esta Guardianes de la Galaxia recurre al mítico nombre de Kevin Bacon como estrategia de seducción definitiva.
El uso de referentes claves no es el único vaso comunicante entre las dos películas. Ni Kill Bill podría tener sentido sin todo un universo de referencias pop ni Guardianes de la Galaxia podría haber existido sin Star Wars, ni tampoco sin sus referentes más embarazosos(la lista puede ser larga: Flash Gordon, El Quinto Elemento o la propia Firefly de Joss Whedon) Sin embargo, al igual que Kill Bill, Guardianes de la Galaxia logra trascender su naturaleza mutante (y de paso escapar de la sombra de una cada vez más empresarial Marvel) para alcanzar una emoción inesperada, extraña, definitivamente única.
No es ninguna coincidencia que la banda sonora de la película apunte a clásicos para (re)afirmar su condición de híbrido autoconsciente. James Gunn (freak confeso, heredero del espíritu Troma más inteligente con dos joyas tan esquivas como son Slither y Super a sus espaldas) consigue lo que parecía imposible: tomar lo mejor de dos épocas (un pasado imposible parido por Lucas Arts y la Amblin de Dante y Spielberg, la magia digital del presente) para crear arquetipos a los que se les pueda desbordar el corazón( y de paso, el alma).
La película de Gunn no está tan atenta a la búsqueda de un objeto sagrado (el Halcón Maltés de turno) como a la interacción de cinco perdedores (sensacional Groot, imprescindible Rocket, brillante Quill). Por momentos, Guardianes de la Galaxia está cerca de ser ese sueño húmedo rescatado de algún almacén de cine fantástico sin pretensiones y orgullosa de serlo. Las alucinadas (y alucinantes) escenas post- créditos son capaces de reducir a una vaca sagrada como los Vengadores a un mero producto veraniego mainstream edulcorado.
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Tremenda película, pero habría preferido haberla visto en su versión original. El doblaje, aunque es decente, creo que no le hace justicia a las voces en su inglés natal.