El festival murciano Lemon Pop se consolida en su decimonovena edición como una de las citas imprescindibles de la región en forma desde conferencias, conciertos y exposiciones relacionadas con el ámbito musical. Tras pasar el día 5 de septiembre como primer plato con las actuaciones de Nunatak, Murciano Total, los neoyorkinos The Pains of being pure at heart o los fineses French Films… tocaba el turno del 11 de septiembre: Vetusta Morla presenta «La Deriva» en el Cuartel de Artillería. Y lo hace taloneado por la chilena Francisca Valenzuela y Adiós Nicole.
La emblemática plaza del Cuartel de Artillería de Murcia, por la que han pasado un innumerable número de artistas de todos los estilos (desde Rosendo y Extremoduro hasta Pablo Alborán, Antonio Orozco…) acogía esta noche una velada que empezaba con la jovencísima banda Adiós Nicole. Estos chicos murcianos, que ya tuvieron su momento de protagonismo en el TalentoSOS pudiendo tocar en el nuevo escenario del Festival SOS 4.8, presentaban esta noche algunos temas como aperitivo del que será su primer EP, que verá la luz a lo largo de esta temporada otoñal.
Los chicos de Adiós Nicole consiguieron desenfriar al público y desatarlo en palmas al final de su actuación, y así dio paso al animado show de Francisca Valenzuela.
Había buen ambiente (como os hemos estado diciendo todos estos días, eso era el plato fuerte de esta edición del Lemon Pop), y aunque hiciese calor, ya entrado septiembre, la temperatura no es impedimento para socializar. Algunas personas se sentaban en el suelo del Cuartel de Artillería, mientras otras formaban grupitos cerca de la barra. “¡Venga, ponme una caña de Estrella!” se podía oír justo antes de que empezasen a bailar las luces rosas de nuevo en el escenario.
Venía de muy lejos, de Chile, y consiguió meterse al público en el bolsillo nada más arrancar con la primera canción: «Buen Soldado». Seguro que os suena si os digo que esta canción la canta con Alberto de Miss Caffeina. Chicos, esta es Francisca Valenzuela.
“Prenderemos fuego al cielo”, “El perfume de tu piel”, “Almost superstars”… temas de su tercer y último disco Tajo Abierto, tuvieron protagonismo en el show de la chilena. Pero sus simpáticas declaraciones entre canción y canción también hicieron lo suyo: “¡Estamos quemando calorías de los paparajotes!… Están mu ricos” decía divertida después de un par de temas. Tú sí que sabes, Francisca, es que pasar por Murcia en fiestas y no probar uno de los platos más típicos es ya casi un pecado.
Hubo un momento en el que las luces se tornaron azules, y la música comenzaba a parecerse al latido de un corazón… se me antojó que de algún momento a otro pudiera comenzar a escuchar el “My wounded rimes make silent cries tonight” de Lykke Li. Pero no. Era “Tajo abierto”, la canción que da nombre al último disco de Francisca Valenzuela. El tono de esta canción no dista tampoco mucho del de la sueca, sin embargo, la melodía tiene otra personalidad (y es más “optimista”):
“Aquí estoy a tajo abierto
Me tocas por dentro
¿No ves el deseo en mi profundidad?
Aquí estoy, ciérrame pronto
¿Qué cirujano deja la fractura sin remendar?”
La recreación de la atmósfera durante esa balada con las luces azules y Francisca al teclado fue preciosa y emotiva. Pero después seguía la marcha, con temas de sus discos anteriores como “Quiero verte más”, “Muérdete la lengua” y “Esta soy yo” que sirvieron para despedirse.
Y ya tocaba el turno a los más esperados de la noche, Vetusta Morla. Que se hicieron de esperar hasta casi ya las doce de la noche. Pero daba igual, todavía era verano, todavía había vacaciones y todavía no había comenzado el curso ni el trabajo (excepto para algunos que trabajarían al día siguiente). Era la segunda vez que presentaban «La Deriva» en Murcia. La cuarta si contábamos que llenaron dos días seguidos el Víctor Villegas a finales deL abril pasado, y el día anterior en Lorca donde presentaban también un libro sobre los conciertos que ofrecieron en 2012 junto a la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia para recaudar dinero para la reconstrucción del Conservatorio de Música de Lorca.
El espectáculo es parecido al que ofrecieron en Victor Villegas, una pantalla de luces led tras un telón translúcido, por el que se podían adivinar las diferentes secuencias audiovisuales que la banda ofrece en cada canción de este último disco: atletas, ciclistas, espadachines, insectos (moscas; lo adivináis ¿no? “La Mosca en la pared”).
Abrieron con “La Deriva”, y después dieron paso a “Fuego”. Con tan solo dos canciones el público se dejaba la voz y aplaudía a los madrileños como si no hubiera mañana. Tocaron prácticamente «La Deriva» entera, dejando también momentos para sus ya clásicos “Lo que te hace grande”, “Sálvese quien pueda”, “Valiente”, “La Cuadratura del Círculo”, “Maldita Dulzura”, o su balada por excelencia “Cophenague”. Con este último tema, Pucho invitó a David “el Indio” al centro del escenario para hacer la percusión mientras él cantaba con el público, creando así una conexión mágica.
Terminaron este concierto de una manera impecable, y especial. Pucho hizo un crossover: el tema final era “El hombre del saco” pero de una manera circular, acabó siendo, en apariencia, aquel que daba nombre a su último trabajo:
“Derivas sanitarias, derivas en educación, derivas, sociales, derivas políticas, derivas en Siria, en Ucrania, en Gaza…” y concluía, “no hay miedo, desde la punta de un dedo de nuestros pies hasta el último cabello de nuestras cabezas tenemos que cambiar y ser felices. Cada cual que tome sus medidas, aún hay esperanza en la deriva”.
Fotografías por May Carrión
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