Quiero hablarles de una película. Un título que llegó a nuestros cines hace casi un año y supuso una revolución en la forma que teníamos hasta entonces de entender el cine. Sin duda, como ocurre en todos los ámbitos, hay quienes estarán de acuerdo y quienes pensaran de forma contraria, pero en eso consiste tener una opinión propia y personal.
Les hablo de Gravity, una cinta que llegó cargada de grandes expectativas y cumplió la mayoría de ellas. Lo primero, consiguió justificar la fiebre 3D que estamos viviendo los últimos años. En Gravity, con sólo 5 minutos de película, es inconcebible poder disfrutar de lo que se ve de otra manera que no sea con las gafas puestas. En el apartado técnico ha sido la gran revolución cinematográfica de los últimos años (y me atrevería a decir de nuestro tiempo). En la historia del cine debería ir junto a Avatar en lo que es un antes y un después en efectos visuales. La revolución digital-tecnológico-cinematográfica.
Y aunque existe cierta unanimidad respecto a que en lo técnico no se le puede sacar un reproche a Gravity, el debate y la diversidad de opiniones se acrecenta cuando hablamos de su guión, lo que cuenta. Una historia sencilla, sin complicaciones en la trama, con 3 personajes en total y sólo uno de ellos cargando con el peso de la cinta. Sandra Bullock ofrece el papel de su vida, por el que debería ser recordada; su escena deshaciéndose del traje de astronauta hasta llegar a una posición fetal flotando en la ausencia de gravedad, ese momento es más que cine. Es la vuelta a la vida, a la humanidad, de alguien que acaba de pasar por una experiencia que vas más allá de lo concebible. En esa escena Cuarón da sentido y humanidad a una cinta que se recordará por lo técnico a pesar de ofrecer ese bello momento de contacto de un ser humano consigo mismo y su propia humanidad.
Pero esto no es más que un artículo de opinión, abierto a debates, interpretaciones sobre la cinta y que simplemente pretende recordar que el 4 de octubre de 2013 llegó a la cartelera española un título que es y será historia del cine.
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