El Microsonidos es un festival de programación variopinta y cuidada. No hay duda. Todo aquel que busque conciertos para divertirse, para descubrir, para repetir, para bailar o para simplemente apoyar la cultura, tiene en aquí una oportunidad perfecta. Además son ya nada menos que nueve ediciones.
La noche del viernes 30, la tecnología se puso al servicio del rock más electrónico jamás facturado. Dos dúos de reciente creación que presentaban discos se dieron cita en Murcia: Siesta! y Farniente. Los cuatro ya habían tenido múltiples experiencias musicales con otros conjuntos, pero a todos se les nota con ganas de que estos dos proyectos avancen.
Desde la mediterránea Ciutat Taronja de Valencia, vienen Siesta!, quienes ya actuaron en el escenario Events Food en el pasado SOS 4.8 Festival. Su estilo es un krautrock oscurantista. Electro pop con claros ramalazos de punk desbocado. Y de noise con partes cavernícolas, en las que ambos aporrean un par de tambores.
Mientras que Pepe Ábalos a.k.a. Puchi Petruchi (Voz, guitarra, bajo, batería, sintetizadores) castiga una mini guitarra y un bajo que suele usar al principio y luego graba, por su parte, Jonathan Cremades a.k.a. Tarántulas Pentium (Voz, teclados, batería), se encarga de teclados programaciones y pedales varios. Ambos intercambian funciones y coinciden, o no necesariamente, en las percusiones.
Su segundo artilugio sonoro en forma de disco aun esta por parir, aunque esta ya casi grabado, se terminará de desvelar el 10 de febrero en su BandCamp y el 1 de marzo saldrá en formato físico.
Cuando entramos a la 12&Medio, todo esta oscuro y las luces casi totalmente apagadas. Pero al acercarse al escenario podemos vislumbrar dos figuras rodeadas por teclados empezando a construir un tema. “Montador”, “Sangre Nueva y “La Débil” son los primeros temas. Algunos los ponen en marcha muy rápido. Otros arrancan casi entre empujones, pero siempre con fuerza y energía.
Es como si de repente, un cruce entre unos Faust puestos de anfetas y los Devo hubiesen empezado a escuchar a los Ramones y a Sex Pistols. En casi todas las pistas suelen contener secuencias de percusión avasalladoras, que efectúan en vivo. Tocan su nuevo disco al completo. Dejan “Turbomanises” para cerrar única canción de su primer trabajo “Terrotuterino”. Con su colofón asfixiante y de lento avance. Por momentos parecen acabar, y empiezan a corear:
“Naves rosas, chinos, cosas
Chicas feas, niños, drogas
Hacen cosas todo el día
Hacen cosas todo el día.”
Salgo con la sensación de que o bien ganan mucho en sala respecto a la vez que les vi en un festival, o bien este nuevo disco les ha salido mucho mejor. Pero mi segunda vez con los Siesta! fue espeluznantemente sabrosa.
Con una noche bochornosa, en la que la capital del Segura, se quedaba a veinti tantos grados en pleno invierno, volvíamos a entrar para no perdernos el principio de Farniente. Y es que tras parar sus respectivos proyectos con Scharwz y Lüger respectivamente, el murciano Alfonso Alfonso y el ovetense afincado en Madrid Raúl Gómez, deciden unirse para tocar rock experimental y electrónico.
La pareja que forman, es pura matemática y precisión. Una nave engrasada y pensada por dos auténticos ingenieros musicales. Puede que alguien necesite planos, mapas, esquemas o escuadra y cartabón para entender su arriesgada propuesta, ya que lo que componen se crea mediante adición y sustracción de capas sonoras superpuestas y melodías intrincadas.
Un bajo controlado por un pedal de Alfonso. Un patrón de ondas fluctuantes que programa Raúl, y ya tienen un lío de tres mil pares de narices en el escenario. El primero usa unas 5 o 6 máquinas en un soporte de teclados y otros 4 o 5 pedaleras en el suelo, junto a una guitarra eléctrica colgada. El segundo usa una batería aderezada con varios pads modulables y unos cuantos programadores
Los Cluster menos futuristas o unos Kraftwerk mas electrificados, pueden ser grupos cercanos. A ratos recuerdan a unos Nine Inch Nails mas impredecibles y otros tramos como si Neu se hubiesen tragado un Theremin y estuvieran contactando con alienígenas. Salen envueltos en humo, como durante todo el concierto, y arrancan con “Telursa Futur”, en la que divagan por caminos sinuosos y sintéticos.
Toda la sala cabecea el compás que marca la batería y baila con las ondas penetrantes de los teclados. Con “Quemaduras”, “Mieres” y “Rubedo”, meten el turbo, aceleran y ponen velocidad de crucero. En unas predominan los sonidos prolongados y en otras las introducciones lisérgicas. Siempre con gran clase y carácter.
Aunque también hay que decir, que por la complicación que tiene cuadrar todas las capas, se equivocan en un par de ocasiones como en “Mitra”, las cuales solventan como solo los más experimentados consiguen. Uno de los momentos más divertidos es la cadenciosa “Ropa Cara” y sus pegadizos coros.
“Baila el Berlusconi
Baila el Sofia de Grecia
Baila el Juan Carlos Primero
Baila el Francisco Franco.”
Tras más de una hora de derrochar futurismo, acaban diciendo, ya con el micro apagado: “No hacemos bises. Es un cliché demasiado manido ya. Si queréis mas, pues os compráis el disco.”
La cabeza me da vueltas del espectáculo auditivo que acabo de contemplar. Existen grupos que en el 2015 están explorando sonidos aún no descubiertos. A veces puede parecer excesiva tanta cacharrería. Pero no. Nunca es demasiado tecnológico, siempre que busques avanzar. Siempre que busques la vanguardia.
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