Todo comenzó con el sonido del mar. Era 2005 y cuatro veinteañeros se reunían en un local para tocar las canciones que poco a poco iban componiendo. En esas estaban cuando decidieron introducir un arreglo que imitaba la marea. De pronto algo se encendió en sus cabezas. Ya tenían el nombre: serían Supersubmarina. Con un componente más y 9 años de experiencia, el grupo presenta desde el mes de octubre su nuevo trabajo Viento de cara con el que ya han conseguido colgar durante tres días el cartel de «Sold Out» en una de las salas más importantes de España, La Riviera. Hablamos con José Chino (Baeza, Jaén, 1986) antes de que Murcia se mueva este viernes de Halloween al ritmo de sus nuevas canciones.
Con Hasta que Sangren o El Mañana hacéis una crítica a los gobernantes. ¿Teníais claro que debía haber una canción con este tipo de crítica o surgió de forma espontánea?
Siempre habíamos tenido un poco esa inquietud de hablar, no sólo de las cosas cercanas que nos rodean, sino a nivel general de la situación social y política. Esto ya lo habíamos hecho en nuestro primer disco, Electroviral, con la canción Veintiuno o en el segundo disco con El baile de los muertos y ahora ha sido con dos canciones. A medida que hemos ido creciendo y teniendo más responsabilidades es un tema que nos ha ido afectando más y que está mucho más en boca de todo el mundo. Eso se ha dejado notar en las letras y se ha colado en el disco de manera evidente. Realmente no es algo forzado, simplemente con naturalidad han salido esas dos canciones que a nuestro juicio están bien y nos convencía esa necesidad de expresar las cosas que están en la calle y que preocupan a la gente de nuestra generación.
¿La música es una forma de incentivar a la gente para movilizarse?
Ojalá sirva para algo. No pretendemos ser la bandera de una generación porque eso es ser demasiado pretencioso pero esperamos que sirva para que alguien se mueva, para que alguien lo escuche, sobre todo la clase política, y vea que no sólo la gente lo comenta sino que es algo que está latiendo fuerte en la sociedad. Ojalá sirva para algo y mueva conciencias, tanto de los jóvenes para que se echen a la calle o que se preocupen más de su situación, como para la gente que está gobernando, que tiene un puesto de responsabilidad. Que estamos ahí y que queremos solucionar nuestro futuro de la mejor manera posible.
Trabajáis desde 2010 con Sony. ¿Echáis en falta la libertad que puede suponer a veces no pertenecer a una compañía tan grande?
Para nada. La gente está muy equivocada con lo de las discográficas. Al menos nosotros nunca hemos sentido esa presión de una discográfica que impone y manda sobre la carrera de un grupo. Firmamos con ellos una maqueta de diez temas y esos mismos temas eran los que estaban en el disco. En ningún momento nos exigieron nada a nivel de letras o instrumental. Siempre que hemos ido presentando maquetas para los discos han dado su opinión de lo que les gustaba más o menos, pero siempre nos han dejado libertad para expresarnos de la manera que nos queríamos expresar. En este tiempo nosotros somos los que hacemos las canciones y ellos nos dan la libertad para hacerlas, venderlas y hacer una estrategia de marketing y confiamos en ese criterio. En esa relación de respeto está la clave de la buena convivencia y por eso incluso hemos firmado un nuevo contrato para renovar con Sony. Nuestro contrato cumplía con este disco y si hay más haremos los dos siguientes con ellos.
¿Consideráis entones una gran ventaja pertenecer a Sony?
Sin ninguna duda. Pertenecer a una discográfica con un espectro tan grande hace que tengas muchas posibilidades más. Son gente que al final ha vendido muchos discos y no sólo está Supersubmarina, Joaquín Sabina o Los planetas con ellos, sino los discos de Foo Fighters o Kings of Leon, que nunca diríamos que son discos de una multinacional, están hechos con Sony. Una empresa así te abre muchas puertas que tú mismo no podrías abrir a la par que también son gente que tiene un criterio musical muy grande y que hace las cosas muy bien.
Mucha gente coincide en que este último disco es mucho menos oscuro que el anterior y contiene ciertos toques pop como pasa en “Arena y Sal” ¿Es complicado introducir cosas diferentes y a la vez intentar mantener la esencia del grupo?
Un artista tiene que estar en continua búsqueda y no quedarse estancado en una fórmula que funcione. Componer canciones nunca es fácil pero quedarse haciendo temas como Niebla o Supersubmarina, que ya nos habían funcionado y que habíamos comprobado que a la gente le gustaban, hubiera sido muy cómodo. Nos gusta intentar nuevos caminos, aprender y que nuestra música vaya progresando. Si escuchas las primeras grabaciones y estas, notas que hay un trabajo, una carrera ahí. Cuando nos propusimos hacer este disco nos planteamos algo que tuviera colores nuevos, que tuviera una paleta más amplia en la que hubiera tonos más brillantes y que no fuera tan oscuro como Santacruz, aunque en esa época fuera el disco que queríamos hacer.
Hablando de Santacruz. Estuvisteis produciéndolo once días. Con Viento de Cara habéis tenido treinta. ¿Tener tan poco tiempo ha afectado al número de canciones o a algo que quisieseis hacer y que haya sido imposible?
En cuanto al número de canciones, siempre habíamos planteado que entre los diez y los doce temas era lo ideal. La idea es que no metas cosas que no te convenzan demasiado, pero que tampoco sea corto para la gente a la que tienes que ofrecerle un disco entero. Cuando tuvimos esos once días eran canciones que tenían mucha rabia y energía contenida, por lo que pensamos que grabarlas en directo podría funcionar y estuvimos haciendo sesiones de diez u once horas tocando todos a la vez. En este queríamos otro tipo de concepto en el que pudiéramos experimentar con sonido, con atmósferas, que pudiéramos sacar jugo a cada capa y poder hacerlo con otra perspectiva, desde la repetición, la escucha, la investigación y la comparación con diferentes fórmulas.
En Viento de Cara repetís con Tony Doogan. En muchos de vuestros discos los productores son extranjeros. ¿Qué habéis encontrado en ellos que no habéis encontrado en España?
En España hay grandísimos productores. Realimentación tuvimos la suerte de grabarlo en Barcelona en los estudios Blind Recordscon Santos Berrocal y Fluren Ferrer (propietarios del estudio de grabación) y fue una experiencia inolvidable. En este caso se nos presentó la oportunidad de trabajar con Tony Doogan que había hecho discos con Teenage Fanclub, Mogway o The Delgados y no pudimos rechazar la experiencia de alguien que había trabajado con ese montón de grupos. Tony ha trabajado hasta con Snow Patrol y cerca de Franz Ferdinand, por lo que no podíamos desperdiciar la oportunidad. Además nos entendimos fácilmente a pesar del idioma y se creó un vínculo que va más allá del trabajo. Cogimos una dinámica y entablamos una amistad que es muy necesaria cuando te vas a meter treinta días en un estudio a razón de ocho o nueve horas al día.
¿Es fundamental para vosotros que se cree esa relación de confianza entre el grupo y la gente de vuestro alrededor en las giras y producciones?
Intentamos que las relaciones sean con naturalidad y evitar la barrera entre el artista y el resto del mundo porque es algo que siempre nos ha parecido absurdo y ridículo. Eso hace que mucha gente con la que trabajamos se conviertan en amigos y más allá de la profesión estén en nuestra vida diaria. Cuando seamos mayores tendremos mucha gente que podremos decir que son amigos nuestros.
En la nota de prensa que se envió cuando salió el disco se habla de una apuesta por conciertos que sean más atractivos visualmente ¿Puede suceder que a veces los efectos especiales dejen a la música en segundo plano?
Siempre que trabajes bien las cosas, que cada parcela esté bien conseguida, las luces no tienen por qué ser algo que vaya en detrimento de la música. Todo debe estar trabajado y complementado. No se trata de hacer algo tan visualmente impactante que todo quede en segundo plano, sino que la música vaya acompasada del aspecto visual y que haga un espectáculo que sea atrayente por los cinco sentidos. Lo que intentamos es que cuando lo veas te lleves un buen recuerdo de todo el conjunto y no sólo de una cosa.
Habéis llenado la Riviera durante tres días y habéis puesto una cuarta fecha ¿Puede decirse entonces que no hay crisis en la industria musical?
La gente sigue escuchando música igual que cuando no había crisis en la industria. Lo que hace falta es que nos adaptemos a los tiempos y los gobiernos legislen para evitar la piratería. En cuanto terminemos esta conversación podemos entrar en nuestro ordenador y conseguir gratis cualquier disco o canción y eso no es culpa de la gente. La sociedad puede que tenga que estar más concienciada, pero no hay nadie persiguiendo a la gente que en su página web pone ciertas canciones. Eso es por lo que hay que luchar y con lo que hay que estar más concienciado tanto la gente como las instituciones que nos gobiernan. Los conciertos es algo que no se puede piratear por lo que pasa por un momento álgido en el que cada vez hay más festivales, más conciertos y la gente va más a verlos.
Empezasteis a través del “boca a boca” hasta que pudisteis entrar en radios como los 40 Principales o Radio 3. Para un grupo que acaba de empezar, ¿Qué les ayudaría más a darse a conocer?
Lo fundamental es hacer buenas canciones que, se escuchen de la manera que se escuchen, lleguen a las personas. En nuestro caso, a través del boca a boca, de ordenador a ordenador, la gente compartía nuestras canciones en redes sociales. A partir de ahí se generó un interés por nosotros en los medios de comunicación. Cuando la gente recibe las canciones y es ella la que se preocupa por escucharlas y por llegar a la música es cuando la gente las hace suyas, las recuerda para siempre y forman parte de su vida.
Hicisteis un concierto en Londres con el anterior disco. ¿Os habéis planteado repetir? ¿Puede ser una forma de daros a conocer en el extranjero?
Primero vamos a presentarlo por España y luego nos gustaría hacer conciertos donde se pudiera, expandir nuestra música lo máximo posible y vivir buenas experiencias con ello. Cuando fuimos allí hicimos un lleno muy bonito que se podría repetir, por qué no, en otras ciudades. También está Sudamérica, donde hay muchos grupos que han podido hacer una buena carrera porque es el mismo lenguaje. Está dentro de nuestras posibilidades, pero somos conscientes de que hay que ir muchas veces, trabajar mucho y tener paciencia para forjarse una carrera desde la base como en España. Hay que hacer muchos conciertos, darse poco a poco a conocer a través de la gente y que sean ellos mismos los que vayan descubriendo al grupo, compartiéndolo y haciéndolo parte de su vida como comentaba antes con las canciones.
Habéis estado sin parar desde 2008 llenando festivales y salas de conciertos. ¿En algún momento habéis sentido la necesidad a nivel personal de hacer un parón de muchos meses?
Terminamos la gira de Santacruz en enero y hemos vuelto a empezar otra gira ahora en octubre. Si te gusta tanto como a nosotros la música y tu trabajo y disfrutas tanto haciéndolo, tienes esa necesidad de volver en cuanto pasa una semana y te has limpiado un poco la cabeza. Quieres volver al estudio, juntarte con tus colegas y hacer lo que más te gusta y lo que amas
Viendo artículos en la web de Rolling Stone hablaban de que Algo que sirva como Luz Y Samurái lo asociaban a un sonido parecido a Lory Meyers. ¿Os sentís cómodos con este tipo de comparaciones?
Al final todos somos grupos cercanos y todos bebemos de unos y otros. Pertenecemos a una escena y estilo que tiene muchas cosas en común y creo que es natural que se busquen esas comparaciones. Mientras se hagan desde el respeto y el cariño están bien y si es con un grupo como Lory Meyers a los que respetamos y admiramos por supuesto que no nos molesta.
¿Consideráis que los grupos deben cooperar para incentivar este tipo de música que se sale de lo que antes era más conocido?
Sin ninguna duda. Cuanto más fuertes seamos los grupos de una escena más podremos luchar por lo nuestro, por tener espacio en las programaciones culturales de los sitios y para que las marcas que patrocinan esos espacios apoyen este tipo de música. No hay que verlo como una competencia negativa sino como algo sano que hace que todos mejoremos y que vayamos remando en la misma dirección.
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