No os dejéis engañar por su título en francés, el cortometraje es japonés y se aleja del estilo visual predominante en dicho país. Kuni Katô sorprendía con su estilo propio y una historia conmovedora. Una apuesta valiente que le valió para ganar el Oscar a mejor cortometraje de animación. (Sección ultradominada por Pixar)
Es uno de esos cortometrajes que todo el mundo debería ver preguntarse si el cine de animación es solo para niños. Fuera prejuicios y sumérgete en esta maravillosa historia que sin duda os conmoverá.
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