Son más de las 00.00h y el concierto aún no ha comenzado. Los rockabillies son de buen tardar. Esos tupés son verdaderas obras de ingeniería y una tarea sencilla como puede parecer hacerse un nudo en la camisa se puede convertir en un infierno. Se llena media sala y Dead Bronco, conforme, sale a tocar. Cuando Paco Sánchez/Matt Horan (voz) le pega dos hostias a sus seis cuerdas los alaridos femeninos confirman que el sex-appeal de este hombre va a ser un componente más del grupo durante el concierto. Pero no es solo el sexo lo que llena la sala, es el descaro y desenfreno que está aupando la carrera de estos músicos que dejaron de hacer la calle para hacer los escenarios. Su primer tema, “Old Cold Mountain”, el tema que cierra su último trabajo. Simplicidad, lírica, una cabalgada metal y uno de los estandartes de este disco.
El otro día me quedó algo muy claro: las modas no te hacen especial, sí adaptarlas y extraer la esencia de las mismas. Me explico. Paco Sánchez es un auténtico hillbilly, porque viste como le sale de las narices, habla como se le antoja, canta como quiere y bebe tanto whiskey como se le ofrezca, y demos gracias de que no lleve un revólver. Quien espere encontrar a una banda vestida de paletos o del grease de los ’50 se puede ir por donde ha venido. Dead Bronco recupera ese sonido country de las montañas del sur de… blablabla… ¿Cuántas bandas son las elegidas a recuperar sonidos? ¿Cuántas los nuevos estandartes? Su primer disco, “In Hell” podría ser perfectamente esa arca perdida, pero “Penitent Man”, disco que están presentando, es definitivamente lo que un nuevo grupo debe dar a la música, el encuentro de su propio sonido, viejo o nuevo, pero propio. Country, rockabilly, hillbilly, Billybilly, billybillybilly, vale de acuerdo… ¡no! ¡Dead Bronco es punk! Un punk que habla a través del country. Y esto puede que haya defraudado a muchos, pero rajarse las cuerdas vocales en mitad de un concierto provoca a cualquiera, aunque a mí personalmente me faltan hostias. Y me faltan hostias porque Dead Bronco no es la moda perdida que estos modernos desfasados buscan. «Penitent Man» es un disco que debe estar en una de esas listas de mejores discos del 2014 que están tan de moda.
Un baterista (Jokin Corral) que vira más al oi! que al country; un guitarrista solista (“General Lee”) al que a duras penas oímos, pero que da ese toque de calidad, ese virtuosismo y esa esencia puramente rockera; un contrabajista (Óscar Calleja) con presencia, pero que se limita a hacer tónicas; un guitarra con slide que, dada su temprana incorporación, aún oscila para encontrar la nota exacta; y un cantante que tiene el guiño del country en su ojo izquierdo y la brutalidad del punk en su garganta.
Comentaba Paco Sánchez en una entrevista que el country es el punk de los viejos y que él no tiene 18 años. Natural de Florida, acento sureño hasta las trancas y una retahíla de fuckins, fucks, fucks, fuckins, socarronería y la petición de ropa íntima a una fan que al final le da su sujetador, llega a escocer y a quitarle seriedad a los asuntos que pretenden tratar. Aunque versen de bebida, amores fracasados y pólvora.
Hace un año había el doble de gente en una sala de tamaño similar. Hace un año nadie bailaba. Hace un año tenían un banjo y un cajón flamenco. Hace un año no habían hecho un tour por Europa. Cambian las cosas en muy poco tiempo y la banda toma vida propia. Jokin Corral, puro nervio, sigue feliz, con su country-oi! jodido y entregado por llegar a cada beat. A mí me faltan hostias. Pero “Penitent Man” parece anunciar una lluvia de ellas, y como si del hombre del tiempo se tratara, la nube pasa de largo, pero poco después grita «My baby don’t love me no more”, y lo desgarra, le duele y lo odia. “Liberation of a married man”, canción de estructura tipicona y modo menor, es un drama que se atisbaba en el disco, pero que no querrás volver a escuchar en estudio al verla interpretada así.
Se van del escenario. Nadie pide un bis. O son el público menos contaminado por los cánones actuales o quieren al viejo Dead Bronco o están cansados de tanto bailar o les sobran hostias o… decida usted que yo ya he hablado demasiado.
Fotografías de Lorenzo González
1 Comment
A mi personalmente me gustaba mas la banda original, con Jokin totorika al lap steel y Alain al banjo y guitarra solista, esta nueva formación de «dead bronco» solo conserva el nombre y al cantante, sonará muy bien, pero ya es otra historia, no me gusta.