Casi seguro que Daikichi es el restaurante japonés más auténtico que tenemos cerca. Lástima que esté en Alicante. Pero unas críticas y reseñas impecables en las distintas redes sociales y portales no pueden mentir. Situado en la calle Segura, número 1, llama la atención por un escaparate que oscila entre la estereotípica cutrez nipona y unos platos ejemplares.
Y ahí acaba cualquier trazo de ostentosidad de Daikichi. El interior, pequeñito, acogedor, de líneas limpias y rectas, contrastadas. Ese mismo diseño que me recuerda todos los restaurantes japoneses fuera de las fronteras españolas; lejos, lejos de los sushi bares murcianos de cuyo nombre no quiero acordarme, el cúlmen del postureo relleno de arroz con foie (me quise morir al verlo en aquella carta).
No. Daikichi es gastronomía japonesa de verdad. Un plato de yakisoba con salsa picante, siete unidades de takoyaki, un rollo de sake maki y otro de spicy tuna, dos Coca-Colas y té sencha – el amor de mi vida – para dos. Todo bañado en una banda sonora de J-pop, un poco emo, pero tan acorde. Todo dirigido, elaborado y servido por nipones cuya actitud podría dejar por los suelos el buenrollismo del bar de tapas. Y esa seña de calidad casi infalible: palillos que no son de usar y tirar.
Mi descubrimiento fueron los takoyaki, en la foto de abajo. El marisco no es mi debilidad, pero tengo una fe ciega en la habilidad de los japoneses para prepararlo. Así fue. Dichas “croquetas” asadas de pulpo, de la textura de una nube, conquistaron mi paladar marino-fóbico. También los yakisoba podrían parar el mundo entero con su sabor. O al menos Alicante: érase una vez el sabor meloso del trigo con la cantidad justa de aceite. Y así es como los japoneses convirtieron los tallarines chinos en propios. Y luego ese regusto de picor dulce.
Probablemente el sushi, algo suelto, no sea una de sus especialidades. Pero quien vaya a un japonés para comer sólo arroz con pescado crudo (aunque de primerísima calidad, qué ternura), y para presumir de que distingue entre un maki y un nigiri, no merece atención. La cocina japonesa tiene más razones para ser admirada y Daikichi tiene todo lo que uno necesita para disfrutarla más allá del sushi-reduccionismo.
El precio del menú anteriormente descrito fue de 35 euros. Un precio razonable para la calidad del producto y el tipo de cocina.
Todas las fotos son de la cuenta de Facebook de Daikichi.
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