Cuando me dieron la posibilidad de venir al Dreambeach no me lo pensé dos veces. La respuesta era obviamente sí. Este 2014, el cartel proponía cuatro escenarios variados y a rebosar de grandes nombres. Este festival mezcla tres pilares muy sólidos: la mejor electrónica convencional y comercial, los sonidos más underground y los set más exclusivos, como los cierres de Armin Van Buuren o de Carl Cox.
En esta edición el aforo pasaba de 60.000 a 80.000 personas y el camping ampliaba con creces su capacidad. Conseguí un hueco bastante amplio en un sector muy lejano de la salida y el bullicio, pero cercano a la playa. Habíamos decidido llegar desde Murcia el mismo viernes y la gente ya estaba más que instalada en la zona arbolada.
Tras comer y pasar la tarde platicando con los amigos de Elche, decidimos echar a andar hasta el recinto. Lo que primero impacta es la cantidad de gente que salía de la zona de acampada. Nos llevó 25 minutos de caminata por la carretera llegar hasta la puerta, con una marea de gente descomunal que provocó que nos fuéramos perdiendo unos a otros por el camino. Todo esto esquivando los autobuses lanzadera de la organización, que costaban un euro. Cuando llegamos a la entrada tuvimos mucha suerte, ya que los guardias pararon justo a los grupos que venían por detrás para evitar males mayores.
Una vez dentro, las carpas son lo que visualmente mas impresiona. Pero en cuanto nos acercamos al escenario principal, me di cuenta de lo mejor del festival: los colosales equipos de sonido.
Primera Jornada:
El imperante Edm, Snoop Dogg y el duelo al sol de Zomboy y Cox
Ya dentro, a las 00:00 rozamos de soslayo a los Musique D’Ordinateur, para ir corriendo al escenario principal donde los sevillanos Dub Elements reventaban cabezas con su rufianesca mezcla de sonidos bass, dubstep, edm y mushups.
Hacia la 01:30 el trío de Chicago Krewella, hacía su aparición en el escenario principal. En formato live, su propuesta es bastante directa, sin dar lugar a otros sonidos que no sean el electro y el dubstep más simplista y de moda o brostep cantado. Mientras que el productor Rain Man no estaba en el escenario esa noche, las hermanas Jahan y Yasmine Yousaf no paran de arengar al publico a que saltara en temas como Alive, Live For the Night y Legacy. Fundamentalmente hicieron las delicias del público más joven.
En lo que duraba el cambio de escenario de Snoop Dog ya había perdido a mis colegas. Así que decido darme una vuelta por la carpa principal en la que Matthias Tanzmann facturaba un tech house tribal y envolvente. También en el escenario secundario Benny Page pinchaba drum’n’bass de lo más clásico, era casi como salir de marcha por el Londres de los noventa. También tenía pinceladas de bass jamaicano incluso algo de trap o de tropical.
Pero tras ver a estos dos djs apenas 10 minutos cada uno, vuelvo al escenario principal justo cuando Snopp Dogg empezaba a cantar. El veterano rapero californiano salía a escena con una camiseta del Real Madrid de Isco. A partir de una pequeña intro que hicieron sus innumerables acompañantes, se sucedieron los éxitos. Mitad los más antiguos y legendarios como Gin and Juice, Who Am I, y otros más actuales como Heres comes the King, Smoke Weed every day o Young, Wild and Free, y las colaboraciones de David Guetta y Katy Perry : Sweat y California Girls.
El público, mayoritariamente español, no conocía al dedillo todas sus letras que son muchas, así que los que asistentes al Dreambeach Villaricos el pasado viernes por la noche suplió esta faceta con mucho calor. Como el que el público daba cuando el dj pinchaba I love rock n roll y cuando espontáneamente coreaba el Seven Nation Army por todos conocido. Quizá fue el mejor concierto del festival. Snoop y sus secuaces quedaron impresionados por los asistentes y viceversa.
Para continuar la velada fui combinando las sesiones de Paco Osuna en la carpa y a Tantrum Desire en el segundo escenario sin llegar de ver completamente ninguna de las dos. Con semejante cartel y tal cantidad de posibilidades al final se hace muy complicado elegir y quedarse un buen rato en uno de los cuatro escenarios.
Sin éxito sigo buscando a algún conocido pero las comunicaciones nunca son sencillas en los festivales, así que voy haciendo buenas migas con gente de aquí y de allá. La primera pregunta al saludar a alguien en el Dreambeach era: “¿De dónde eres?” y a partir de aquí la conversación podía llevar a cualquier lugar.
Pero volviendo a las sesiones, alrededor de las cinco, tras ver un rato a Borgore hacer las delicias de los amantes del edm y del dubstep mas comercial, pero muy divertido y trepidante a la vez, me dirigí a ver a Adam Beyer quien iba caldeando la carpa grande para lo que se avecinaba.
Y fue alrededor de las seis y media cuando el otro gran triunfador de la noche, Carl Cox, hizo entrada en la carpa grande y pinchó tecno-house del mejor y destilado hasta quemar. En realidad lo que iba a quemar era el astro rey dentro de pocas horas. Cox mantuvo un duelo al sol contra Zomboy que pinchaba en el escenario principal. El ganador fue claramente el británico originario de Barbados y leyenda mundial. Tenía contratado 3 horas de sesión pero que al ver que era el único dj que quedaba y que tenia la carpa a rebosar, a falta de unos tres cuartos de hora decide dejar el pabellón bien alto y marcharse. Desde aquí gracias Carlitos. Aunque te fueras antes de tiempo te lo perdonamos, por lo bien que nos lo hiciste pasar a todos los valientes que aguantamos el amanecer y la brisa almeriense a las nueve de la mañana
Segunda jornada:
Lío de horarios, genial ruta de sesiones.
Tras un día agonizante bajo las rafias verdes del recinto de acampada, de otra caminata infernal y algunas colas importantes al entrar, solo pude ver media hora del espectacular show de Netsky, quien facturan el mejor directo en formato grupo de drum’n’bass tras Chase And Status y quizás de Rudimental. Una mezcla perfecta de la música bass más directa y del electro más de moda, también llamado liquid funk o también drumstep que claramente hizo disfrutar y brincar a todos los que decidieron empezar la noche en el escenario principal. El rapero no paraba de hablar: que si “hoy la liamos”, que si “fiesta toda la noche”, etc., etc. Apenas pude ver la mayoría de su show pero me pude hacer a la idea de su directo rompe cuellos.
Decido no escuchar a los Knife Party ya que pude ver una gran sesión suya en el FIB de 2013. Luego mis colegas me contaron que tan solo estuvo pinchando uno de los dos djs que conforman este dúo y tuvieron algún fallo de sonidos. Yo estaba deseando de ver a Maya Jane Coles. Después supe que no había ni venido al festival, así que me dedique a buscarla, suponiendo que simplemente le habían cambiado el sitio o la hora. Un debate aparte es las pocas mujeres que se encontraban entre los más de 80 artistas del cartel. En la carpa grande, en vez de a Maya me encuentro un buen descubrimiento. El dj Valenciano Edu Imbernon estaba alargando su sesión de deep house clásico y repetitivo.
Entre la una y las tres el drum’n’bass de Black Sun Empire y el dubstep de Doctor P fueron de lo mejorcito de todo el festival, muy divertidos y bailables, con puestas en escena buenas. A lo lejos un tal Dj Nano estaba en el escenario principal. Solo por ponerse ese nombre elegí ni ver de qué calibre eran sus fechorías de manera que opté por acercarme a la carpa grande para poder opinar acerca del archiconocido Ritchie Hawtin. Al estar a rebosar por los lados y no caber más gentes, las pantallas y altavoces de fuera permitían que dentro se pudiera respirar. Punto positivo de la organización. En cuanto a lo que pinchaba, a mi me dejo algo frio, yo me esperaba algo de más calidad. Más house y tecno clásico y menos electro y dance-club. En cualquier caso el cierre fue apoteósico. Genial la conexión con un público entregado y sonriente.
Volví al escenario al aire libre mediano para ver un show algo extraño. I Am Legion llevaban ya una media hora creando un show que mezcla el rap y el dubstep de los británicos Foreign Beggars con el drum’n’bass , el techstep y el bass-house Noisia. Fue un concierto bueno, pero en los shows de los Foreign saben mezclar los ratos de rapeo con los quiebros de dub, pero en los sets de de los holandeses no suelen hacer estos parones. Con lo cual la gente del Dreambeach, poco habituada a estos trozos de hiphop, desconectaba un poco. Tocaron su disco conjunto en su totalidad y alguna canción de sus proyectos por separado. También clásicos de The Prodigy o de House Of Pain. En cualquier caso, un logro grande el de Orifice Vulgatron y Metropolis el de lidiar ante tantos dj a sus espaldas.
Hacia las 5 me cuelo en el backstage y por las tripas de todo el festival. Me doy un paseo por los camerinos. Nada relevante. Una de dos: o no recuerdo bien la cara de ningún artista en ese momento, o ninguno se encontraba por allí. Durante este tiempo Brian Cross estaría en el escenario principal y Technasia & Uner en la carpa grande.
Durante media hora vi al Dj Set de Modestep y vuelvo a insistir: las pantallas y las luces que puso la organización en el escenario mediano, mejoraron con creces la experiencia Dreambeach de las sesiones que pude disfrutar allí. Especial momento de conexión se vivió en canciones “Another Day” y “Sunlight” con todos los asistentes saltando.
Ya a las 7 sin energías veo de lejos, desde una de las ya mas vacías barras, a los madrileños Gomad! & Monster. La noche empezaba a ser muy adusta tras dos días de duros castigos al cuerpo. A partir de las siete me dedico a arrastrarme tras volver a perder a la gente como siempre. Veo el final de W&W y el principio de Armin Van Buuren apoyado en algún sitio. Sinceramente. Cualquier cosa que pueda decir sobre sus sesiones es mejor que las contrastéis vosotros mismos o que vayas a verlos. A semejantes e intempestivas horas uno deja de saber emplear con acierto el castellano y la mente queda en standby. Armin en vez de terminar a las 9:30 como estaba previsto, cortó a las 8:45 y la gente empezó a protestar, al igual que el día anterior con Carl.
La gente del festival nos empieza a desalojar y vuelvo al camping. Puede que unos de los treinta minutos andando más largos que nunca haya vivido.-Tocaba repasar al festival ya que se hacía complicado dormir con la combinación de humedad y el calor de las playas y las tiendas de campañas.
Como conclusión: geniales los equipos de sonido, especialmente de la carpa grande. Muy buen sonido también en los demás escenarios. Geniales todos los visuales de todos ellos. Destacando el críptico y los soportes del escenario abierto mediano. Regular la organización al no avisar más que por facebook o twitter de la cancelación de Maya J. Coles. Regular el transporte entre la zona de acampada y el recinto. Los precios habituales, aunque aprovechan cualquier aspecto para cobrarte por algo. En cuanto al cartel, no hubo ganadores y perdedores. Algunos grandes nombres cumplieron genialmente, otros no, al igual que pasó entre medianos y pequeños.
PD: Para no perder la costumbre festivalera, algo me olvidaría en el día de la recogida.
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