En la víspera del Record Store Day me dirijo a ver a la banda de la cual tuve mi primer disco hace 10 años. Con unos 11 o 12 años me hice con un disco del año 94. El “Policlínico Miserable” de los rockeros Siniestro Total. Mi camino empezó con ellos. Lo cual hacía de este bolo algo muy especial.
El plan era bueno. Centro de Murcia. Sala Rem. 11 de la noche. Allí estaba con muchas más ganas de ver este concierto, que cualquiera a los que he ido últimamente. La sala está prácticamente lleno ya para ver a los teloneros murcianos: Grinder. Incluso tuvieron que quitar una parte de la barra que colindaba con el escenario para hacer hueco. Se habían agotado prácticamente las entradas anticipadas. Por lo visto, los gallegos tienen tirón en la ciudad huertana.
Así que con emoción y algún codazo llego a las primeras filas para no perder detalle. Una foto del quinteto proyectada y una lampara con la forma de las iniciales del grupo componían el único atrezo. Para variar, en vez del típico indie-pop, suena música clásica en la sala. Era un aviso. La canción enlatada que emplean para la entrada, es electrónica ochentera o algo similar. Cuando ésta acaba, aparecen con sus instrumentos en la mano. Todo guitarras Gibson. Salen vestidos elegantemente, con americanas y camisas. Pero el bueno de Julián lleva un sombrero con una pluma pequeñita.
Sin miramientos. Sin piedad. Le dan una velocidad adecuada a la noche. Entonan dos temas sin un sola grieta. Sin parar. Julián comienza su primer Speech. Comenta: “Podríamos haber dedicado “Yo Dije Yeah” a Rouco y “Superávit” a Rato. Pero eso habría sido lo fácil. Se las vamos a dedicar a Josephine Witt. La activista que ha asustado a Mario Draghi, el capo del BCE. Va por ella”.
Y claro, después de la terrible entrada triunfal, llegan los himnos. Si. En la discografía de Siniestro, hay canciones, temazos e himnos. Con el primer punteo de “Minha Terra galega” el público se enciende y empieza a corear la pegadiza tonada.
La socarronería de los temas, la ironía dejarían en mantilla a el 99% de los letristas del país y del extranjero. Varios versos echan mano del sarcasmo y están encubiertas. Hay que leer entre ellas. Pero también algunas letras no dejan lugar al error: “La cultura popular y los mass media elevan lo mediocre a lo mas alto del altar”.
Los temas parecen conversar entre si. Tras la reciente y parodica “Chico de Ayer” viene el “Adiós Muñeca”, que va de desamor y la ruina posterior a la ruptura. Combinan algunas de sus últimos trabajos con los clásicos. Se nota que a la gente le gustan todas, pero que con los himnos del pasado, sacan el extra de la garganta. Como en “Ay Dolores” o en “Vamos Muy Bien”. Con temas mas recientes como “La Paz mundial o “No hay Banda”.
Le dedican unos temas al gran Moncho Alpuente, recientemente fallecido. “Ahora eras mas necesario que nunca” le dicen. En la parte delantera el respetable parece un avispero. Especialmente en las más famosas. Un zagal me comenta: “Aquí hemos venido a darnos de hostias”. Esa es la actitud. Mierda. No puedo quitarme la sonrisa de la boca. Y es que antes de entrar en el local, llegué a pensar que igual después de tantos años esperando verles en directo, igual me decepcionaban. Pues todo lo contrario. La sorpresa es grata y esperada.
Cantadas por el bajista y el guitarrista respectivamente, “Chusma” y su lumpenproletariat y “Fuimos Un Grupo Vigues” y sus “héroes del proletariado” , son muestras de su actitud social implicada también. Las canciones antiguas aun siguen de actualidad, pero los temas recientes como “Pequeña Serenata” y “La Paz Mundial” aun mas:
“Soplaré y soplaré
Y al Estado derribaré
No hay nada que agradecer
Yo esto lo hago por maldad
Atracaré el Banco Mundial
Asaltaré el Santander
De paso el BBVA
Y al final el Bundesbank
Me gastaré todo el botín
En fiestas para seducir
A la mujer de Sarkozy
Que no está nada, nada mal.”
Por momentos blues o glam. Otros grunge o metal. Siempre punks. Con rock ‘n’ roll para dar ponencias. Los temas son cotidianos, espontáneos e inmediatos. Como el caso de pedir en un bar (“Diga que le debo”). Historias de yonkis (“España Se Droga” o “Todo por la Napia”). De comer, beber y dormir (“Camino de la Cama”) en general. Sin más.
En los intervalos Hernández propone hacer una asamblea para preguntar a quién votar y nosecuantas cosas más. Me gusta que vaya presentando en canciones aleatorias a los miembros del actual Siniestro total. Y lo hace nombrando su barrio de crianza.
Los riffs de guitarra de Siniestro son mas eficaces que una hostia a tiempo. A la derecha del cantante, el gran Xavier Soto maneja el cotarro con su Sg roja y asesta punteos, solos de diversa índole y estilo a raudales. A la derecha Oscar Avendaño le da mandoblazos al bajo con actitud seria y retadora. El toque de rocknaroll respecto a su antiguo sonido punk lo rematan, Ángel González en la batería y Jorge Beltrán al saxofón Alguno increpa a Julián llamándole por el nombre y este le replica: “Joder me vas a gastar nombre”.
Entre los pogos veo al segurata ir a bajarle los humos a alguien de delante. También oigo a unas chicas que comentan la jugada: “Ese de ahí va pasadísimo. A saber”. Cuando llevan más de 20 temas aún les queda fuelle. Pero aguantan con sus americanas. Indemnes al desaliento. Encaran los últimos 8-9 temas como expertos ciclistas del sprint.
Tocan a piñón clasicazos como “Cuanta puta y yo que viejo” y “Ayatollah” y se meten 3 minutos a refrigerarse. En los bises enfilan la clásica “Bailare Sobre Tu Tumba” y el publico enloquece. No sé cómo me dan un codazo en la coronilla y de paso me tiran media birra en encima, pero el concierto lo recordaremos para siempre. Terminan preguntándose con “¿Quienes somos? ¿De Donde Venimos?» Y se auto responden con “Somos Siniestro Total”. Épico. No se como no hemos acabado todos afónicos.
Es curioso el caso de los gallegos. Miran al futuro con decisión sin quitar la mirada de un retrovisor repleto de buena música. Algo queda de aquellos que cantaban con Coppini y Costas el afamado y polémico “Me Pica Un Huevo”. Algo y nada a la vez, pues todo ha cambiado. Pero el caso es que lo que les hace aun mas grandes es que puedan cambiar de registro y seguir tan o incluso mas auténticos.
Ostras, esto no me lo esperaba. Que huevos. Copón. Cuando parece que ya no pueden sorprenderte, lo vuelven a hacer y se abrazan para cantar, acompañando los altavoces y con el puño en alto, un himno de la URSS a gritos. Por lo visto suelen hacerlo, pero me sorprendió. Después de tantos años, la espera mereció la pena.
Siniestro Total es uno de los grupos que mejor ha encanecido desde los ochenta. Peor a la vez han rejuvenecido. Su metamorfosis y adaptación ha sido formidable. Saben lo que el publico quiere. Y ellos disfrutan dándoselo. Los vigueses cumplieron 33 años en 2014. Muy bien llevados. Clásicos y recientes. Rock and roll de siempre pero actitud punk. Elegantes pero trepidantes. Y es que probablemente, Los vigueses son la banda que mejor ha envejecido de la historia del rock español. Y eso es mucho decir. Palabras mayores.
Fotografías por Alberto Hernández
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