Con lo fácil que es conseguir una guitarra, un micro, una MPC o unas maracas y lo jodido que es tener repercusión con alguno de esos artilugios. Porque, no nos engañemos, ¿quién no ha querido ser músico? Esta es mi pequeña reflexión pensando en la infinidad de chavales que se han juntado para hacer música y lo han acabado dejando, o no, pero todavía se acuerdan.
En Murcia cada vez hay más y más grupos de todos lo géneros, algunos escuchables, audibles, solo que vuestros flows llevan rimas demasiado previsibles -perdón, se me fue- otros que deberían dedicarse al parchís y muchos otros que se quedan sin dar el paso.
Quiero centrarme en los primeros, que pese a ser minoría son lo que más nos interesan. Todos estos músicos que buscan transmitir y lo consiguen, merecen que tú puedas acercarte a ellos y mientras les das una palmadita en la espalda, digas: “buen trabajo”.
Claro que, con todo el esfuerzo y las horas que les ha costado hacer una canción de la que se sienten orgullosos, quizá esa palmadita les sepa a poco y por eso acaben dedicando menos esfuerzo, menos horas y menos ganas a lo que les apasiona realmente.
Puede que eso sea lo más que reciban del mundo de la música en su vida. Una palmadita en forma de «no os vamos a pagar, pero os ponemos el agua» para dar un concierto, o si tienen enchufe un «teloneais a X grupo, y hasta os ponemos el agua«.
¿Qué les queda entonces? Continuar por amor al arte o abandonar. La primera opción es casi tan horrible como la segunda, pues todo el que ha entrado a este mundo lo ha hecho por ilusión, porque le gusta y abandonar siempre será su última opción. Pero seguir sin recibir nada a cambio desgasta, y mucho. Todos conocemos algún grupo que parecía tener cualidades suficientes para seguir y desapareció.
Aunque aún hay una tercera vía: seguir intentándolo, como el que quiere tirar una pared a cabezazos. Los valientes que toman este camino saben que van a acabar con más cicatrices en el cuerpo que Rambo y se van a llevar más golpes que Rocky pero, quizá, acaben sobreviviendo como Robert Hatch a los nazis*.
Al final, muy pocos son los que reciben un reconocimiento de verdad, son muy pocos los que pueden seguir haciendo música con la misma pasión y entusiasmo, los que levantan la copa. Por suerte, en Murcia tenemos grupos y artistas que han dado giras por el mundo -Muerdo, Audio’s Pain- , que cantaron fuera de nuestras fronteras – Second, -, que están en los festivales –Varry Brava, Discordia-, girando por la península –Piezas & Jayder, Crudo Pimento– y por supuesto, los que aún no se les oye mucho lejos del Segura, pero que lo acabarán haciendo – The MeatPies, Soge-.
Son muchas las razones para no meterse en este mundo, no solo las ya expuestas, también hay mil baches más y un millón de reveses esperando a los valientes que cojan las maracas, el triángulo o se inventen su propio instrumento y decidan arriesgar dinero, horas y mucha energía para, simplemente, hacer música.
*PD: Nótese la comparación entre nazis y sanguijuelas varias del mundo del espectáculo.
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