Antes de nada, espero que os haya gustado mi dibujo. He estado siete horas y media (siete horas y veintiocho minutos arriba, siete horas y veintiocho minutos abajo) haciéndolo, y como es un poco abstracto, aviso para los menos perspicaces que sí, que representa a Arya matando a una paloma. Podríamos dedicar todo este análisis solamente a esa escena, que puede que sea la que más me ha impactado en todo lo que llevamos de Juego de Tronos, pero entonces me echarían de C’mon Murcia y perdería mi sueldo… EJEM.
Pero dejemos la paloma (de momento), porque… ¡Arya ha vuelto! ¡Por fin! ¡Y la chica pues guapa guapa no es que sea! Y ya sea casualidad o no, este «The House of Black and White» ha sido evidentemente superior al arranque de temporada. Hemos avanzado (no demasiado tampoco, pero avanzado al fin y al cabo) y hemos establecido las pocas reglas del juego que nos faltaba por establecer. Así que sospecho que a partir de aquí nos queda pisar el acelerador y soltar el freno.
El caso es que la Stark tenía que reunirse con Jaqen Hgar (nombre que por supuesto no he buscado en google), pero en lugar de encontrarse con él se ha encontrado, atención, con un señor que tiene el que es, posiblemente, el rostro más extraño que he visto en mi santa vida. En serio, soñé con él esa noche, y la siguiente también. Menos mal que al final resultó ser Jaqen, algún día encontraré una explicación lógica para llevar ese camuflaje, os lo juro.
Volvamos a lo importante del capítulo: allí está ella, con esa mirada perdida, ululando (o lo que sea que hagan las palomas), pensando “¡qué día tan maravilloso hace en Braavos, el lugar de las oportunidades!”, cuando de repente, en cuestión de segundos, una chica no muy agraciada, porque muy guapa no es la chavala vamos, le corta la cabeza de una forma cruel y limpia. ¿La razón? Ninguna. Ya lo dije y lo repito, Arya fue muy cruel con El Perro y parece que esta temporada ha empeorado.
Cersei amenzada, Snow se proclama Lord Comandante y Brienne cansa ya
Pues parece ser que alguien quiere ver la cabeza de Cersei en una estaca. Arya, Brienne, Tyrion, todos los Starks, todos los Baratheon, yo, mi prima, mi hermana, mi padre también… en fin, mucha gente. ¿Será momento de ver la venganza de Oberyn? ¿Morirá Cersei de la forma más cruel posible? Ni siquiera Dios sabe lo feliz que sería.
Hablando de Dios, ¡Dios! He congelado la imagen varias veces pero sí, no hay duda, es Snow… ¡sintiendo cosas! El Stark que no sabe nada parece estar hasta vivo cuando se da cuenta de que, a partir de ese momento, va a ser Lord Comandante de la guardia de la noche. Ahora se encuentra en una tesitura claro está, porque el pesado de Stannis le ha ofrecido Ivernalia, su tierra, y de paso la oportunidad perfecta para vengarla.
Mientras tanto, Brienne y Pod cansan, un montón. Llevan dando tumbos desde hace demasiado tiempo, y cada vez que aparecen es para tener la misma conversación: “te trato mal pero te respeto y al final de esta relación te convertiré en alguien especial y dejarás de ser un escudero sosainas para convertirte en un guerrero y un personaje importante sosainas”… ¡Al grano por favor!
La lapidación de Daenerys
Vamos a acabar con la Khaleesi, que no sabe qué hacer con su vida. Si es buena, porque es buena, y si es mala, porque es mala. Y al final las personas que ha liberado son precisamente los que se dedican a tirarle piedras. ¡Piedras a la madre de dragones! Hay que admitir una cosa: los esclavos tienen cojones. Porque yo sé que una mujer tiene a su disposición tres dragones que son capaces de destruir un reino ellos solos, y lo último que hago es tirarle un pedrusco. Lo peor es que casi despeinan al guapo de Treme…
Daenerys ha dado el paso para desprenderse de la humanidad que tanto la caracteriza y, casualmente, Drogon ha reaparecido. Los pelos se nos ponen como escarpias y yo sospecho que no es casualidad. ¿Será que este dragón respeta a la Khaleesi ahora que es un poco más oscura? ¿Será ese el problema? ¿Dejará Arya de matar animales por diversión? ¿Soy yo o Arya, guapa lo que se dice guapa, no es? ¡Todo esto y mucho más la semana que viene si no me echan hoy mismo de C’mon!
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