Enmudeció el mar, y el jazz volvió a reinar el litoral murciano un año más. Ayer comenzó la XVI edición del Festival Jazz San Javier con una apuesta fuerte llevada a cabo por el pianista y compositor murciano Abdón Alcaraz. La noche se vistió de gala, con ropajes flamencos, para recibir a un grande de la música regional. Abdón, junto a su invitado especial Joaquín Reyes con el contrabajo, nos presentó su último trabajo titulado Bolero Flamenco, un puente creado con armonías que unen el jazz y el flamenco y va alternando con soltura ambos estilos mientras maneja el piano a su antojo, con delicadeza y a la vez rudeza, y al público con vivas emociones. Va arrojando las partituras al suelo, él sabe a lo que ha venido, el jazz se siente, se improvisa.
Con sabor cubano, esa sutil fusión de estilos fue presentada a un público con ganas de escuchar buena música, a esto hay que sumarle la inquebrantable voz de la cantaora cartaginense Verónica Sobrinos, espectacular en su actuación, dándole vida a esos versos del bolero, y los pasos de baile marcados por los pies y la gracia de la bailaora Mara Luna, que emocionó al público. Enrique Heredia “El Negri”, afamado cantaor madrileño, gran amigo, fue el invitado especial del concierto el cual nos deleitó con su voz flamenca, apagada y sentida, lo que le dio un nuevo sabor al jazz-flamenco allí presentado.
Dhafer Youseff, vocalista y compositor tunecino, maestro del oud (instrumento árabe que acabó evolucionando en el laúd europeo) fue el segundo invitado en el festival de San Javier. Junto a un cuarteto completamente distinto al que le acompañó la vez anterior en este festival, arrancó sorprendiéndonos con una fusión de cantos arábigos y un jazz apagado que dejó sorprendido a más de uno, un canto latente y vivaz salía de su boca mezclándose con la improvisación de un mástil de contrabajo y un piano estonio.
Dhafer consigue con el oud un juego de armónicos impresionante, sacándolos con completa facilidad, dando un aire fantástico al auditorio. Sin embargo, pronto se acabó esa magia, el concierto tornó a aburrido y la fuerza del principio se fue apagando poco a poco con innecesarias y alargadas improvisaciones individuales del bajo y la batería, dando coba a un concierto que no tenía más que dar a los 40 minutos de empezar. Youseff fue bueno, pero podía haber sido mejor, esperemos que vuelva con un aire renovado en su música tan característica.
No Comments