El Meister, cantante de Arizona Baby, mitad de Corizonas, el hombre que está detrás de Ángel Stanich o The Levitants… De una manera o de otra habréis coincidido con algún indicio de este inquieto personaje. El jueves 19 va a tocar en la Yesería, con motivo del festival Microsonidos 2015 y hemos pensado que lo mejor antes de un concierto es una entrevista para entender un poco más a quién vamos a escuchar. Sobre todo después de un álbum lleno de detalles que nada tiene que ver con lo hecho hasta ahora por Javier Vielba, que indica que el nexo con sus anteriores trabajos es él, cómo escribe, cómo toca, cómo canta, cómo produce y cómo arregla.
Bestiario (Subterfuge, 2014) es un disco temático protagonizado por animales, en español- su cuenta pendiente, pues él siempre ha cantado en inglés-, con elementos psicodélicos, mezclados con lo clásico y no tan clásico. “Obviamente son matices: romances castellanos, ese punk electro de cuando era un crío y esa música experimental quizás un poco más sintética que nos acompañó a la gente que vivimos en los 80, quieras que no todo eso es parte de lo que he ido investigando y excavando en mi cerebro”.
Este mestizaje tan propio de muchas bandas del sur es algo que siempre ha atraído al Meister. “Me daba mucha envidia ver a grupos andaluces que reivindicaban su folclore. Y me dije: ¿por qué lo andaluz sí y lo nuestro no? Bueno, ha habido una evolución que aquí no hemos tenido, nosotros no tuvimos unos Smash ni unos Triana, no hubo un Veneno, ni unos Pata Negra. Esos puentes que unen lo antiguo con lo moderno. Me parece interesante reivindicar eso. Todo el romancero y las jotas que ha rescatado Joaquín Díaz o toda esa música tradicional de pueblo, esos ritmos de parloteo que se oían en la puerta de la iglesia el día de la patrona… Reivindicar esos sonidos de dulzaina y tambor que le gustaban a mi abuelo. Aunque no haya una dulzaina en el disco- no lo descarto para un futuro-. Pero tampoco me quiero quedar en lo superficial, yo voy a lo esencial, a mi lo que me interesa no es coger la dulzaina y el típico lacito castellano, eso es un paripé, eso es disfrazar. Yo no quiero disfrazar la música, yo quiero vestirla bien”.
Pero no acaba ahí con el tema “influencias”. Como él mismo cuenta, está con la antena encendida y percibe. “No sé si del mundo de los espíritus, del espacio exterior- bromea – o es que simplemente soy yo que tengo bastantes ganas de hacer cosas”. Muchas sintonías de televisión forman una base importante de Bestiario como El Planeta Imaginario– programa infantil de los 80 con música de cabecera de Sakamoto-, Cosmos de Carl Sagan, la intro de Cine Club de TVE, incluso El Hombre y la Tierra. “Son sintonías que te sobrecogen. En general, la televisión, el cine, esa música que escuchas involuntariamente en la radio, en algún bar, que entran y se instalan casi sin permiso. Eso me ha influido mucho”.
Vielba asegura que no quiere tener límites a la hora de componer y de introducir novedades: “No me quiero cortar un pelo con nada y si en próximas entregas aparecen ecos de otras músicas no os asustéis, es lógico porque sigo mirando hacia dentro”. Cuando le pregunto por la futura línea del Meister me asegura que no va a ser más de lo mismo, no quiere encorsetarse ni comprometerse con nada, tan solo intentará experimentar para sorprenderse y sorprendernos.
Porque si hay algo que el Meister valora en la música es la capacidad de sorprender. Es por eso que se ríe mientras hace balance de las críticas recibidas por su disco en solitario: “Siendo un disco tan atípico, ha pillado a la gente con los pantalones bajados. Es bueno jugar al despiste. Hace tiempo que me parece un triunfo cuando consigo que los críticos digan bobadas y se les vea perdidos. Es importante mantener a la crítica en jaque con lo que hagas y que no te entiendan puede ser bueno. Aun así estoy agradecido porque se está recibiendo muy bien y eso influye positivamente en el público, que es el que realmente me importa. Las personas que de verdad me van a escuchar, lo van a compartir, van a tocar tus canciones…”.
A la pregunta de: “¿Podrías decir que se puede vivir de la música?”. Responde: “Yo creo que es más interesante vivir la música”. Lleva desde los quince haciendo lo mismo. El trabajo de profesor le gustaba, pero no le entusiasmaba y desde hace ya unos años ha podido quitarse distracciones y dedicarse por entero a su pasión. “Pero sin lujos”– admite. “Parece que solo eres algo si cobras por ello. Lo importante es vivir las cosas que haces y hacerlas. Que sean tus acciones las que te definan, las que dejen claro al mundo quién eres y qué es lo que haces”.
Pero cuando se le pregunta por la situación musical del país el registro cambia, no menos serio, pero sí más duro.
«El panorama musical en España sobrevive underground. Como los cristianos en Roma, en las catacumbas. Están surgiendo muchísimos grupos porque hay más medios, pero en vez de apoyarlos se les pone trabas. Para que esa escena tan interesante pueda seguir hacen falta cambios muy drásticos, una concienciación total por parte de todos.
En Valladolid no puedes ir a conciertos si no tienes 18 años y no se puede tocar en bares de forma espontanea, todo es inviable. Tienes que tener una sala de conciertos muy bien acondicionada o nada. Se están cargando el tejido básico y natural que nos hace humanos, el juntarnos el compartir cosas, el hablar… Ahora quieren que los bares sean simples abrevaderos, no puedes quedar a tocar o a jugar a las cartas”.
Y es cierto, en muchas ciudades españolas hay una normativa para controlar los conciertos en bares o cafeterías de reducido tamaño. Concretamente en Valladolid desde hace dos años se aplica la Ley de Espectáculos Públicos. Hace poco ha sido modificada debido a las quejas de los pequeños hosteleros y de los colectivos culturales, que pese a los cambios ven difícil la adaptación a las condiciones exigidas.
«Va muy de la mano con el tema de los decibelios– explica Vielba-, pero una acústica sin enchufar… Tratan a la música como ruido. Pues yo quiero vivir en un país donde la gente haga ruido porque el murmullo de la calle es síntoma de vida. Valladolid ahora es una ciudad geriátrico. El cementerio es el barrio con mas vida de la ciudad”.
Quizás el enfado que le causa la situación cultural sea una de las razones por las que Javier Vielba no pare quieto, como una forma de aportar algo al panorama tan oscuro que tenemos entre manos. Siempre ha confesado que su manera de desconectar de un proyecto es ponerse con el siguiente. Ahora mismo está de gira con Arizona Baby, pero viene de trastear un poco con Ángel Stanich y de producir un nuevo “discazo” de Abstract Artimus. Y por supuesto, no para con El Meister para el que pronto espera tener la siguiente entrega.
A la pregunta de qué le dirías a la gente de Murcia para que vaya a tu concierto este jueves en el Microsonidos. Se para un momento y contesta entre risas: “que no sean chorra y vengan a verme”.
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