Uno de mis nuevos objetivos en la vida es encontrar dónde comer buenas patatas bravas en Murcia. Este nuevo objetivo me llevo a buscar por diferentes grupos de Facebook y webs nuevas opciones que pudieran merecer estar en esa lista de «Bares donde comer buenas bravas en Murcia». Buscando y buscando he elaborado mi propia lista de bares que poco a poco iré visitando y os iré contando qué tal.
El primero de la lista que he visitado ha sido «Cosa de Tres» y creo que ha puesto el listón demasiado alto a todos los que vengan después ya que puede que fueran las mejores bravas que he probado en Murcia. Es un bar pequeñito situado detrás de el Banco de España de Murcia (C/ Calderón de la Barca, 2) que solo lleva unos meses abiertos.
El local es pequeño, para tomar algo de pie o sentado en la barra con un ambiente es tranquilo y agradable, principalmente gracias a la simpatía de su camarero. Pedimos unas bravas y nos dan a elegir entre tres grados de picante: bravas, bravísimas y «ayer estuvimos preparando las más fuertes y acabamos llorando». Nos decidimos por la primera opción, las más suaves. Mientras las preparaban nos pedimos una tapa de tortilla de patatas, bastante buena y acompañada de unas olivas riquísimas, se notaba que no eran de bote.
Justo cuando nos quedaban un par de trozos de tortilla llegaron las patatas bravas. Creo que es de las pocas veces que me han servido una salsa con tan buena pinta, uno la veía venir y solo por el color y ya sabía que tenía que estar buena. Y efectivamente, deliciosa. Totalmente casera. Picante pero lo justo, el sabor se quedaba en la boca pero sin llegar a molestar, esa sensación perfecta para que la cerveza entre de la mejor manera. Además, la cantidad de salsa era bastante considerada, suficiente para todas las patatas y que sobre. Las patatas también se merecen una mención aparte, recién cortadas y recién hechas, crujientes por fuera y jugosas por dentro, si no hubieran llevado salsa también habrían estado buenas.
Un detalle a tener en cuenta fue que al terminar el cocinero salió y nos preguntó que cómo habíamos visto la salsa, si nos parecía bien de picante y si había estado a nuestro gusto. Se agradece el trato cercano y atento, algo que en estos días en los que reinan las franquicias y el despacharte rápido se echa bastante en falta.
El precio total a pagar por el plato de patatas bravas, la tapa de tortilla y dos cañas fue de unos 8€. Los pagamos más que a gusto.
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No me digas que ahora te has metido a crítico gastronómico, tú sí que sabes, la comida salvo excepciones da más felicidad que la música