Quién dijo que el arte de los nuevos medios no era más que una preocupación por programas y placas base. Participación, colaboración o juego, fueron algunos de los términos que más aparecieron en las conferencias del festival Media Art Futures. Hablamos con Christa Sommerer, una pionera del arte interactivo y profesora de Interface Culture en la Universidad de Arte y Diseño de Linz (Austria), para poder conocer de primera mano los conceptos clave de su trabajo y su percepción sobre el futuro del ‘media art’.
¿Podrías comenzar presentándonos brevemente tu trabajo en colaboración con Laurent Mignonneau? Háblanos un poco sobre las características y temas principales de tu obra.
Desde hace 24 años vengo desarrollando junto a Laurent Mignonneau diferentes obras de carácter instalativo. Laurent tiene conocimientos de informática, de performance y formación musical, en cambio, yo vengo de la biología, la botánica y la escultura. Cuando nos unimos nos interesaban las obras interactivas que hablaban de temas como la evolución, la naturaleza o que eran una metáfora de algún tipo de proceso natural. Por tanto, durante muchos años hemos creado obras interactivas en el campo de la vida artificial. Hemos desarrollado alrededor de cuarenta obras que son diferentes experimentos en este terreno.
¿Cuál es el proceso vital de tus obras? Al trabajar con tecnología, ¿la obra caduca en algún momento?
Esa es una buena pregunta. Bueno, la obra de arte por sí misma es un objeto que si no es activado o actualizado con el último software puede morir. En realidad, ya hemos visto como le ha sucedido esto a obras que nunca fueron catalogadas o que no entraron en el mercado del arte o el museo. Pero, actualmente, la mayoría de los artistas están en activo haciendo posible que sus obras sigan vivas. Creo que debemos seguir manteniendo y actualizando las obras de media art, y aunque tristemente muchas hayan desaparecido por lo menos la mayoría han sido documentadas.
Tus obras también son profundamente interactivas y podríamos decir que el espectador es condición necesaria para la existencia misma de la obra, ¿qué papel consideras que debe tener el espectador?
Siento que estamos viviendo una vuelta a la idea de participación, y no sólo en el arte de los nuevos medios sino también en el arte contemporáneo y la estética relacional. Muchas iniciativas se centran ahora en el papel del espectador invitándolo a contribuir activamente en la creación de la obra de arte. En el media art éste es uno de los grandes objetivos, por eso creo que todavía queda mucho terreno por explorar en este ámbito.
Da la impresión de que este tipo de arte precisa de unos conocimientos técnicos muy precisos, y que por tanto los artistas de los nuevos medios estén más cerca de ser científicos que artistas. ¿Dónde te sitúas tú? ¿Cuál es la relación entre creatividad y ciencia?
Creo que actualmente el uso de la tecnología es más accesible que hace unos años. Ya no es necesario ser un tecnófilo para dedicarte a esto. Por otro lado, no sólo los medios de producción son algo importante para las los artistas de los nuevos medios, las metáforas o ciertos temas sociales son también fundamentales. Vemos cómo el desarrollo de conceptos como el de democracia o privacidad están incluso más presentes aquí que en obras de artistas contemporáneos. También lo que vemos ahora es que muchos artistas son a la vez académicos como profesores de universidad. Ya no sólo crean arte sino que también investigan sobre los temas que trabajan en sus obras. Estamos viviendo un momento en el que ya no tienes que ser un artista o un científico, puedes ser ambos.
El arte digital no sólo utiliza nuevas herramientas sino que también exige nuevos discursos expositivos ¿Vuestra obra puede prescindir de los espacios de exhibición tradicionales?
Prescindir de ellos sería algo muy complicado. Es cierto que hay artistas que trabajan en el espacio público o que exponen sus obras en la red, pero en mi caso particular todavía necesito la forma de exhibición propia de una galería o de un museo. Esta necesidad viene de la situación o atmósfera especial que crean estos espacios, proporcionando a los espectadores un marco mental propicio para la experiencia de las obras. Creo que es necesario el contexto cuando expones tu trabajo porque influye profundamente en cómo éste es percibido. Sería una pena que esas formas de exhibir arte desaparecieran.
Hemos llegado al momento en el que la tecnología forma parte de nuestro entorno de una manera cotidiana y constante, convirtiéndose en nuestro hábitat natural. ¿Estamos más predispuestos a la comprensión de estas obras de arte por la cotidianidad con la que vivimos lo tecnológico, o eso precisamente nos dificulta evaluarlo como arte?
Personalmente siento que ahora las personas están mucho más capacitadas para entender el arte digital que pongamos hace veinte años. Hace veinte años la gente estaba fascinada por la tecnología, por cómo hacíamos las obras, pero en cambio el concepto se mantenía como algo difícil de entender. Ahora las personas ya no están interesadas en cómo lo has hecho porque tienen en su bolsillo ese tipo de tecnología, como puede ser un móvil. Es por ello que aceptan que también puedas hacer arte con ellos. Ya no tienes que justificarte más por usar tecnología en el arte, y eso es algo bueno.
Entrevista en colaboración con Daniel Soriano.
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