En Murcia ocurren cosas. Huele a nuevas inquietudes, a nuevas ganas de hacer cosas diferentes. Se respira pasión. De hecho, no es difícil ir paseando por nuestras calles y encontrarse a un joven al que has visto en algún recital de algún café. Como tampoco es difícil toparse con la inauguración de una exposición artística o la presentación de un nuevo libro -e incluso de una nueva editorial-. Es muy fácil, ya digo, solo hay que saber cómo y dónde mirar.
Hace unas semanas empecé a leer por las redes sociales un nuevo nombre: un nombre largo que se esconde tras lo mínimo. ad minimum es una nueva microeditorial creada por tres chicas que no saben estarse quietas: Bea Miralles, Verónica Cámara y Delia Marín. Juntas han dado forma al primero de los muchos “cuadernillos” -como ellas los llaman- que verán la luz en los próximos tiempos. Tiempos que no son oscuros, ni mucho menos. Son tiempos azules, o al menos eso es lo que creemos cuando Los afluentes del frío se posa en nuestras manos. Poemas de Manuel Pujante e ilustraciones de Violeta Palomo se despliegan ante nosotros gracias a la admirable labor de unas chicas a las que podréis conocer este próximo miércoles en la presentación de la editorial. Para ir abriendo boca, os dejamos con la entrevista que pudimos hacerles a Bea y Vero, dos de las chicas ad minimum: dos soles que brillan con luz propia.
¿Cómo surge ad minimum?
Bea. Surgió, la verdad, por ganas de hacer cosas con amigos y entre amigos y casi también para los amigos. Son tiempos raros y parece que ahora es cuando hay que salir y decir “todavía es posible hacer cosas” con lo cual, adminimum, desde lo pequeño, es como ese suave aleteo de una mariposa en Japón que luego tiene una repercusión que no te esperas. Creo que forma parte de la cosa bonita del proyecto. Hacer cosas. No dejar de moverse. No detenerse.
¿Quiénes son ad minimum?
B. En realidad, todo el que quiera ser ad minimum, es ad minimum. En ese sentido, estamos bastante abiertos a colaboraciones: Manuel Pujante es ad minimum, Violeta Palomo es ad minimum, Delia es ad minimum, Vero es ad minimum, Bea es ad minimum. Todo el que quiera participar y entrar dentro. Desde la persona que decide comprarse un cuadernillo hasta nosotras, por todas las tardes que hemos pasado ahí.
Vero. Trabajando en el proyecto, dándole forma.
¿En qué momento exacto se os ocurre decir “oye, montamos una editorial”?
B. Bueno, la palabra editorial suena muy grande, mejor microeditorial.
V. Suena como más… que te lo puedes permitir.
B. Sí, igual te deja ahí un margen para ver las cosas desde fuera con un pie dentro. Surge hace como dos años, finales de 2012, en realidad. A partir de empezar a tener mucho contacto con gente de fanzines, gente que hacía muchísimas cosas con recursos casi inexistentes y decir “oye, ¿por qué no?”. Vero y Delia están muy metidas en el tema de la ilustración y el diseño y su círculo de amigos está lleno de diseñadores. Mi círculo de amigos también es un poco así: el que no escribe, dibuja, etc. Entonces dices: conocemos a tanta gente que hace tantas cosas que están tan chulas que, ¿por qué no hacemos algo para combinarlo? Nos gusta el origami, nos gusta la poesía y nos gusta la ilustración. ¿Qué podemos hacer con esas tres cosas? El resultado de ese cóctel ha sido adminimum.
V. Lo interesante ha sido ir hablando nosotras e ir encontrando la forma más adecuada de hacer ad minimum, porque al principio decíamos “¿cómo lo hacemos? ¿doblamos el papel en cuatro pliegues? ¿de qué forma maquetamos eso?” Lo chulo ha sido encontrar, de repente, el formato que permite hacerlo súper sencillo pero bonito.
B. Además, al principio, una de las conversaciones que tuve con Delia sobre este proyecto era para hacer una publicación online. Pero aparte de ser muy complicado, se pierde el sentido del tacto, que es lo que yo creo que hay que reivindicar del libro. Bueno, no es reivindicar…
V. Es lo que siempre ha estado.
B. ¿Claro no? Parece que lo que ahora pierde fuerza del libro es que no es digital, que no está en la nube. A lo mejor los libros tienen que estar a ras de suelo, no tener que estar ahí en las nubes si no que tienen que estar aquí, más abajo.
V. Creo que nunca se va a poder sustituir el abrir un libro, el hojear un libro… en lo que se corresponde a un libro digital, es muy distinto: es una experiencia mucho más fría con el libro.
B. No despegar el cuerpo del libro, aunque sea pequeño.
Pero es una locura el haber dicho: “pasamos de nuevas tecnologías, de Internet: queremos aquí y ahora un libro de verdad».
V. Lo físico también apoyado por lo digital porque tenemos la página de Facebook, que ahora mismo tiene un montón de actividad y el blog. Así que aunque sí sea un libro físico tiene un respaldo importante en Internet. Es una forma de promoción para que la gente que no vive en Murcia o que está lejos, nos pueda conocer y ver lo que hacemos.
Porque ahora es imposible no estar en la red ¿no?
B. Claro. Nosotros estamos pero, en realidad, Internet es como el altavoz del proyecto. Tú dices que te parece una locura no ser digital pero creo que si ad minimum tuviera un cuerpo digital el proyecto hubiera fracasado. Eso que ahora mismo hace la gente de ver el libro y decir “jo, qué bonito”, en una pantalla se hubiera perdido. El riesgo real hubiera sido entrar en Internet y pretender mover ahí esa marea. Hubiera sido bastante complicado, sí. De hecho, fue una de las opciones que se barajó y la descartamos porque nos dimos cuenta de que, en realidad, lo que nos gusta es…
V. Lo físico. Es algo que viene de los fanzines, que son casi todos muy a nivel usuario, pero donde realmente tú lo haces todo. No acaba siendo algo de interés, acaba siendo algo físico que haces con tus amigos.
B. Es como otra forma de hacer las cosas.
Cambiar un poco el chip de “todo en Internet”.
B. Claro, pero no es renunciar a todo eso. A la hora de, por ejemplo, querer hacer un catálogo, de pensar a quién queremos publicar después, dices, “oye, he leído en Internet el blog de una chica que escribe no sé dónde y me encanta”. Pero luego, la forma de presentarlo y moverlo es fuera de la red y totalmente distinta.
¿Hay una especie de retroalimentación?
V. Sí, una cosa bebe de la otra y al final siempre acabas usando Internet para una cosa o para otra. De hecho, para maquetar, necesitamos programas informáticos.
B. Aunque hubiera sido genial coger un lápiz y empezar a colorear.
¿Cuáles son vuestras metas a corto y largo plazo?
(Pausa larga)
V. No nos las hemos planteado de momento.
B. Siempre nos planteamos los cinco minutos siguientes.
V. Hay una cosa que sí que pensé. Cuando ya tengamos, a lo mejor, diez números de ad minimum, hacer una pequeña recopilación donde podamos juntar los diez números en plan edición especial o algo así.
B. Nos tendremos que romper la cabeza para ver qué tipo de plegado se puede hacer. Bueno, en realidad, como el proyecto es autofinanciado, te diría que la meta más inmediata sería poder, no sé si la palabra es recuperar, pero por lo menos sí asegurar la próxima tirada con lo que saquemos de este. Ese sería el a corto plazo y el a largo plazo, seguir haciendo ad minimum y pasarlo bien.
V. Y seguir poniendo ilusión.
¿Por qué poesía?
B. ¿Y por qué no? Porque sí. Porque además la poesía está ahora en un momento de mucha efervescencia.
¿Hay quizá una especie de“poetry fever”?
B. Sí, sí, sí. Hay algo que no sé muy bien a qué responde pero es maravilloso. Además, concretamente aquí en Murcia. Lo hablaba no hace mucho con la gente: hace un par de años no, pero ahora parece que está de moda escribir poesía y recitarla. Poetas haciendo bolos casi. Además, por el tipo de plegado, se ajusta muy bien a las distancias cortas de la poesía. Al final la poesía es eso. Es una forma de seguir reivindicando las distancias cortas que requiere la poesía para ser entendida. Para llegar lejos hay que quedarse muy cerca
¿Qué perfil buscáis para el poeta y el ilustrador ad minimum?
B. Eso es más complicado…
V. Ha sido todo fácil y ahora… (Risas)
B. El primero, que ha sido Manuel Pujante, fundamentalmente porque a mí me ha gustado mucho lo que escribe. Me gustó el frío que atraviesa los poemas. Estas cosas nunca se saben. Lo veo como una de las voces jóvenes más interesante que hay en Murcia. Posiblemente sea eso lo que busquemos, no tanto el tema de la juventud, sino encontrar esa lectura que te saque de tus casillas. Ese perfil que no te deje indiferente. Y con el ilustrador un poco igual. A Violeta yo la conocía desde hace mucho tiempo y siempre me ha gustado mucho lo que ha hecho y me parecía que su estilo iba muy bien con el de Manuel. Había ciertos vasos comunicantes y fue como un experimento: “¿qué pasará si los juntamos?”.
V. Además siempre buscamos que en cierto modo se complementen. Yo tengo muchas ideas para las tiradas siguientes porque en el colectivo de ilustradores que tenemos en el Cuartel de Artillería hay mucha gente muy interesante y sería un puntazo que participaran en el proyecto. Hay un potencial de gente que está creando un montón de cosas interesantes.
Así que hay mucho donde elegir.
B. Sí, hay mucho talento. En Murcia concretamente sí, porque es nuestro contexto más inmediato, así que no vamos a renunciar a él. La verdad es que es sorprendente. Lo curioso es que luego mucha gente no es consciente porque todo queda en casa o en una acera muy privada, pero es como levantar una piedra y acabas diciendo “joder, es un hormiguero, una mina”.
V. Yo no soy de Murcia, soy de Alicante y noto mucho la diferencia: la actividad cultural aquí es mucho más activa, mucho más dinámica que en Alicante. Aquí se mueven cosas que en Alicante no se ven.
Y es que últimamente hay una especie de explosión de lugares muy proclives a la cultura.
V. Sí, como el Puertas de Castilla, el Cuartel de Artillería, el Espacio Pático…
B. La Azotea, el Ficciones. Y luego te diría que hasta las fiestas particulares de los amigos…Es genial, parece como que ahora es un momento en el que… a ver, reivindicar la crisis no lo vamos a hacer, evidentemente, pero sí se está produciendo una toma de conciencia del do it yourself, del toma tú las riendas, ¿por qué no?
Contadme un poco cómo ha sido el proceso de creación de los cuadernillos.
B. Muy largo, te diría. Probamos con un montón de formas de plegado…
V. Nos calentamos la cabeza para ver qué formato era mejor porque decíamos: «yo quiero que sea así o asá”.
B. Queríamos incluso hacer un tamaño mucho más pequeño, pero no se podía leer. Entonces aumentamos el tamaño y se quedaba un formato mucho más cuaderno. Ha sido prueba-error. En un momento determinado nos planteamos que fuera mutante, que cada libro fuera totalmente diferente a otro pero la verdad es que cuando llegamos a este formato fue un flechazo, nos enamoramos y vimos que era el formato que iba a funcionar.
V. El color de la portada va a ser distinto en cada número y queremos que tenga relación con la ilustración. Si por ejemplo el ilustrador tira mucho a rojo pues la portada será de color rojo, depende de qué ilustre así será la portada. Va a ser todo muy colorido.
¿Tenéis algo que ver en la recopilación de los poemas?
B. En ese sentido, como es una colaboración, conociendo el estilo de la persona, al igual que pasa con el ilustrador, les dejamos libertad absoluta.
V. Confianza plena y ciega. Y luego empieza todo el proceso de la maquetación y el diseño. Primero hicimos el logo. Bea tenía una idea en la cabeza. Ella me mandó unos logos que tenía como referencia y un día nos pusimos a trabajar. A partir de ahí ya empezamos con el tema del formato del cuadernillo. Yo tenía un libro que se llama How to make books? que es un libro que tiene muchas encuadernaciones, elegimos esta y ya empezamos a ver cómo podía evolucionar, cómo editar las páginas… yo me mareé mucho porque imagínate…
B. A mí una de las cosas que más me gusta es ver cómo funciona el tema de la portada. En realidad esto (color de la portada) iba a acabar aquí, la contraportada iba a ser totalmente blanca pero luego fue como aprovechar las carencias y hacerlas una virtud. Además ese fue uno de los consejos que me dio Javier Castro (editor de Micromegas) y fue un gran consejo.
V. Yo de hecho tengo todas las versiones por las que ha ido pasando para ver cómo ha ido evolucionando.
B. Hubo un momento que dije, creo que el proceso va a acabar con nuestra amistad. (Risas)
¿En principio solo vais a publicar a gente de Murcia?
B. No, no para nada.
V. Por intentarlo que no quede, el no ya lo tenemos. Podemos intentar contar con gente que tenga ya un caché.
B. En principio no va a ser exclusivamente a poetas murcianos, sí que creo que tenía más sentido empezar por aquí, igual con los ilustradores. Tenemos como esa especie de complejo, pero es verdad que luego sales fuera y… a ver, siempre hablando de ciudades equivalentes. Muchas veces dices, no sé si es porque no soy de la ciudad y no consigo enterarme de dónde están los focos de actividad pero tienes la sensación de que en Murcia realmente sí se mueve. Es verdad que podría ser mucho mejor, mucho más eso no vamos a decir que no. El problema no es la falta de nivel, quizá sean otras circunstancias.
¿Se sabe ya lo próximo que publicaréis?
Sí, nosotras lo sabemos. Pero es secreto (risas). Ojalá pueda salir para marzo. Todavía nos faltan algunas confirmaciones pero estamos ya trabajando.
¿La presentación para cuándo?
Será este mismo miércoles día 12 en el Pabellón 2 del Cuartel de Artillería a las 20.30, en un espacio nuevo creado para el tema de la literatura. Presentaremos un poco el trabajo que hemos hecho, el proyecto adminimum y luego nos dedicaremos a hacer la presentación del propio cuadernillo con Manuel Pujante que recitará algunos poemas.
Además de a ad minimum, ¿a qué dedicáis vuestro tiempo?
V. Yo estoy estudiando Bellas Artes y solo me queda el TFG que consiste en transformar mi taquilla de la facultad en un espacio expositivo y también estoy metida en el colectivo de ilustradores con el que estamos haciendo varios proyectos. La verdad es que no paro mucho.
B. Yo me dedico a la programación y coordinación cultural. Hice historia del arte y luego tengo proyectos paralelos, como pueden ser ad minimum o el nanofest (@nanofest): con el que organizo conciertos. También parte de iniciativas de amigos para amigos. Se trata de organizar conciertos en espacios no convencionales: terrazas, salones, garajes… el último fue en el Hospital de Bicis. El próximo será en un salón privado, de una casa particular. El músico que va a tocar es Ángel Ninguno, un músico de Murcia que presentará su disco. En el concierto anterior estuvieron Bosco y la chica anterior, que fue en una casa en la huerta, fue genial porque venía desde Seattle al corazón de Murcia y fue increíble, una violinista fabulosa. Nos gusta pensar que es casi clandestino pero en realidad no es privado solo que las invitaciones se envían por correo electrónico. En eso somos muy respetuosos con el anfitrión, sea donde sea. Lo genial es hacer algo así y, de repente, encontrarte a gente diferente a amigos de amigos. Te encuentras entonces con gente que no conocías de nada. Es como una familia que va creciendo.
Al final lo que importa es eso no pararse, no dejar de hacer cosas nunca y apasionarse. Y si son así de bonitas y maravillosas no importa en absoluto que sean pequeñas.
B. Nos gustan los formatos pequeños pero es que…
V. Algo pequeño puede ser muy muy grande. Nunca sabes dónde puedes llegar.
Fotografías por Santiago Ros.
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