En mi corta trayectoria como redactora de eventos he tenido la suerte de poder asistir a muchísimos conciertos que, aunque muy dispares entre sí, me han dejado con la boca abierta, bien por la asombrosa voz del propio artista o bien por el sorprendente despliegue escenográfico. Sin embargo, nunca antes había tenido la sensación de teletransportarme a un lugar remoto y mágico como sí la tuve el pasado 12 de junio cuando disfruté en directo de la actuación de Vanesa Martín en Elche. Desde luego, el entorno idílico que acogió el concierto, la Rotonda del Parque, tuvo bastante que ver en que el concierto fuera tan especial. Allí a las 22.00 de la noche, rodeados por decenas de palmeras y bajo un cielo estrellado, nos encontrábamos todos aguardando la salida de la artista malagueña que venía a presentar su último disco, Crónica de un baile.
Tal y como indicó tras las dos primeras canciones que abrieron el concierto, “Frenar enero” y “Respirar de ti”, era la primera vez que pisaba tierra ilicitana y por supuesto que se notó, pues vino dispuesta a meterse a todos en el bolsillo. Aunque el público empezó algo tímido, cosa que “reprochó” la cantante andaluza con mucha gracia, pronto se animó y comenzó a tararear tanto sus nuevas como viejas canciones conocidas (“La piel”, “Ropa desordenada”, “Aún no te has ido”), especialmente después de ver cómo Vanesa se comía el escenario no solo con su voz, sino también con su arte.
Claramente se advirtieron dos partes en su actuación: en la primera destacaron los temas más sentimentales, aquellos que están llenos de frases con mensajes listos para ser descifrados (“No me salves”, “Hablas”, “Polvo de mariposas”); en cambio, la segunda parte la constituyeron los temas más ‘cañeros’ de la cantante como “Sin saber por qué” o “Déjame a mí”.
El momento más emotivo del concierto fue protagonizado, sin duda, por el público cuando, al empezar a entonar la canción que ha creado pensando en sus fans, “Tiempo de espera”, los cientos de seguidores que allí se habían congregado alzaron carteles donde se leía una extraordinaria frase de esta canción: “Somos la fuerza de un grito que no callará”. La cantante, como era de esperar, se quedó sin palabras y solo pudo agradecer con aplausos tan admirable gesto.
Vanesa Martín se despidió de nosotros tras hora y media de puro sentimiento y nos dejó con la piel erizada, como solo las grandes voces consiguen ponerla. Poco importaron las reducidas dimensiones del escenario o la mala acústica del lugar, pues la cantante y sus músicos supieron brillar igualmente.
Ya estamos contando las horas para veros de nuevo, así que… ¡volved pronto!
Nota del fotógrafo: Aun estando en el recinto media hora antes de que empezara el concierto, por razones que desconozco, fuimos acreditados una vez que había empezado, teniendo así solo parte de la primera canción y otra entera para hacer lo mejor posible nuestro trabajo, lo cual es insuficiente. Pese a ese inconveniente, tengo que agradecer el buen trato recibido por parte de los miembros de seguridad y la organización del evento.
Fotografías de Pablo SG. Podéis ver la galería completa aquí
No Comments